Virginia Cardozo

Virginia Cardozo


Supuestos y presupuestos de la Esencialidad

25.Ago.2015

Estamos en etapa de definición del presupuesto quinquenal y la sociedad organizada se moviliza para influir en él. Esto no es ninguna novedad; pasa cada 5 años, con mayor o menor fuerza. Una sociedad que se organiza y va marcando temas en la agenda. Un Uruguay que, a pesar de la tan citada crisis de la participación, no elige cruzarse de brazos a ver que le van a dar sino que lucha por conquistar los avances. Sin esta sociedad movilizada, ¿qué oposición habría encontrado la dictadura militar en nuestro país?, ¿qué servicios públicos seguirían en manos del Estado?, ¿quién reclamaría por Verdad y Justicia?, ¿sería gobierno el Frente Amplio?

Soy mujer de izquierda, primero que nada, y frenteamplista, luego. Pero como la política no es una religión y por lo tanto no tenemos por qué decir Amén, digo que discrepo. Eso no me hace menos frenteamplista, ni menos de izquierda. Al contrario; discrepo con la medida absolutamente desproporcionada de decretar la esencialidad en la educación. A veces, en el Frente Amplio, tenemos una lógica de "no enojar a los padres" con respecto al Poder Ejecutivo. La fidelidad primera está con el proyecto país que estamos construyendo, por eso estamos donde estamos. Si nos desviamos, ¿no es el rol de la Fuerza Política corregir el rumbo?, ¿qué espacios tiene el Frente Amplio hoy para evaluar la implementación del programa que votamos?, ¿por qué no se está reuniendo la Agrupación Nacional de Gobierno del Frente Amplio donde los representantes del Poder Ejecutivo se reúnen con representantes del Poder Legislativo y de la fuerza política para dialogar?, ¿no tiene nada que decirle el Ejecutivo al Frente Amplio? Hoy es el día del comité de base donde vamos a discutir temas fundamentales para el país en donde tenemos importantes matices en la interna. Este es el camino, fortalecer a la fuerza política, fortalecer la participación, el movimiento y su funcionamiento orgánico para que cumpla su rol, apoyar al gobierno, pero evaluar y corregir el rumbo cuando corresponda también.

La sociedad organizada uruguaya no tolera ver de brazos cruzados que se actúe sobre lo que los afecta sin su opinión y por eso, por ejemplo, exige que se informe sobre el TISA y rechaza el secretismo de este acuerdo.  Tampoco va a quedarse quieta sin luchar para asegurar un presupuesto digno para la educación. Acá no estoy haciendo una valoración sobre las medidas greamiales en sí mismas, por más que podemos estar más o menos de acuerdo. Esto es fundamental para incidir sobre las decisiones que se tomen ya que sabemos que hay otros intereses en juego. Las cámaras empresariales y el capital extranjero ejercen sus presiones a través de sus economistas y los grandes medios de comunicación y sus intereses no son el bien común ni el aumento del gasto público. Por el contrario, su interés es asegurarse que en estos 5 años van a seguir ganando y pagando pocos impuestos a pesar del cambio de la coyuntura internacional. Es común escuchar la frase "no pueden gobernar los gremios". Pero sí tensionar para que se invierta más, como fue prometido, en la educación es dejar que gobiernen los sindicatos, yo pregunto ¿y las cámaras empresariales pueden gobernar?, ¿son los intereses de la oligarquía que no está en el bien común sino en la acumulación de riqueza la que debe gobernar? Como este discurso no es neutral, sino de derecha, atacar contra la sociedad movilizada es intentar dejar luz verde a la acumulación del capital. No queremos presiones sobre el gobierno, entonces, ¿con qué decreto le vamos a caer a los grandes intereses económicos?

¿Quiénes son nuestros aliados hacía la construcción de un Uruguay más justo e igualitario? Pensé que era el movimiento popular, las fuerzas para el cambio. Tengo la profunda convicción de que sin una sociedad movilizada no podemos cambiar el país. Esto no quiere decir que el movimiento sindical siempre tenga razón o que tenemos que tener un vínculo acrítico con este. Pero seguro que es allí donde están los aliados para avanzar en justicia social, y decretar la esencialidad de forma absolutamente injustificada es aportar a romper esta alianza. ¿Hacia dónde vamos si no es con ellos? Ese ejercicio desmedido del poder es grave y va a dejar marcas. La pérdida de la credibilidad es una de ellas. Si realmente avanzamos en un proyecto político de izquierda, frente al ataque de la derecha y del capital ¿quiénes nos van a respaldar si no es el movimiento social?

Es desde la profunda convicción de que el Frente Amplio es la herramienta que ha permitido la construcción de un Uruguay más justo y de que sigue siendo hoy la única alternativa posible en lo político partidario que manifiesto mi profunda discrepancia. Es un llamado a fortalecer a la fuerza política como ámbito de debate, de seguimiento de implementación de programa y de control del gobierno. Llamado a recuperar la política como un profundo compromiso con un Uruguay de iguales, construcción de la que todos y todas debemos ser parte. A no confundirse, no cambiamos al país solos desde el gobierno, si nos quedamos solos no tenemos proyecto político que defender. Por eso el 27/8 los frenteamplistas también marchamos por el 6% para la educación.