José Pablo Franzini Batlle

José Pablo Franzini Batlle


Sturla, otra vez

19.Abr.2017

La semana de turismo inspiró, una vez más, al cardenal mediático. Fue la masonería, esta vez, el blanco de su ataque. Si bien la intención persigue otro fin: la instalación en espacio público de una estatua en homenaje a María, como ahora le ha dado en llamarla.

Dice Sturla: "La expectativa nuestra es que María tenga su lugar. Entiendo que haya gente que no le gusta. No comparto que se diga que se invade el espacio público. Pongo el ejemplo de la fuente de la Plaza Matriz, es tan hermosa y está llena de símbolos masónicos. ¿Alguien piensa que la masonería invade el espacio de la Plaza Matriz?..." el cardenal recurre al engaño, pues no es comparable el ejemplo. En primer lugar porque la fuente enclavada en la plaza Constitución, si bien posee símbolos masónicos, no es un homenaje a tal organización. En segundo lugar porque los templos católicos, que no son pocos, pueden oficiar u ofician del lugar que reclama.

Continúa el cardenal "en otros países de América el sacerdocio goza de mucho prestigio y las iglesias se llenan. Sin embargo acá hay que remarla y remarla...". Desconozco si con esta afirmación Sturla está pensando en emigrar a los países que refiere y no nombra o está, en definitiva, criticando a toda la sociedad uruguaya por no acudir a los templos católicos. Si fuera el segundo caso quizás pudiera encontrar la explicación junto a su mano derecha, el sacerdote Pablo Coimbra, quien tuvo la tarea de dar a conocer las denuncias por abusos sexuales registradas. O, quizás, logre encontrar la explicación en el auto de procesamiento del sacerdote Adolfo Antelo por el delito continuado de violencia privada y un delito de lesiones graves.

Si lo anterior no le bastara, quizás encuentre, también, la explicación a la baja concurrencia a los templos, a que la sociedad uruguaya es una sociedad vanguardista en materia de derechos. Sobre todo a los derechos de las minorías. Lo que, claramente, va en contra de la concepción conservadora y machista que expresa la doctrina católica.

Ceder un espacio público a símbolo religioso alguno, sea María, Iemanjá o cualquiera otra imagen iría en contra del artículo 5º de la Constitución de la República que expresa: "Todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no sostiene religión alguna..."

El Estado uruguayo no sostiene, esto es: prescinde de religiones. Ceder un espacio público para la instalación de una imagen religiosa estaría oponiéndose al concepto, pues estaría "sosteniendo" desde la cesión del espacio, religiosidad.

Se podrá afirmar que existen espacios públicos donados a imágenes religiosas, es así. De todos modos, dos errores no hacen un acierto, como dice el refranero.

Sturla debería conocer que lo que solicita viola la Constitución de la República, la que rige a los católicos, los judíos, los protestantes, los agnósticos, los ateos. A todos nosotros. La que ha permitido desde siempre la prédica de las distintas creencias. No debe disfrazar un ataque constitucional llamándole "laicidad positiva o tolerante". La Constitución es una, ni tolerante ni positiva. Es el texto que nos rige y garantiza nuestros derechos.