Julio César Franzini Molinari

05.Jun.2017

El viernes 02 de junio despedimos a Julio César Franzini Molinari, si bien nos comprenden las generalidades de la ley, su vida y sus logros ameritan, objetivamente, estas líneas.

Marino por vocación, demócrata por convicción, defendió las Instituciones en aquel recordado febrero de 1973. Tal actitud le fue castigada con el obligado retiro impuesto por los dictadores de turno. Recuperada la democracia alcanzó el máximo cargo en reconocimiento de su injusta destitución y la defensa del régimen democrático.

Estudioso incansable, logra el título de Ingeniero en la Universidad de Massachussetts (MIT) Estados Unidos, a mediados de la década de 1950. Participa directa y profesionalmente, en la instalación del primer canal de televisión uruguayo, Saeta (Canal 10).

Dirigente de fútbol destacado, preside a "su" Defensor logrando quebrar la hegemonía de Nacional y Peñarol, obteniendo el título de Campeón Uruguayo de 1976. Rompió la historia sin descuidar el crecimiento institucional. La concreción de las primeras canchas e instalaciones en el Complejo Pichincha, adquirido bajo la Presidencia de su padre, fue un ejemplo. El estadio Luis Franzini, inaugurando la iluminación la misma tarde que se festejaba la obtención del título de 1976, también fue otro ejemplo.

Presidió la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en 1989, logrando la clasificación al Mundial de Italia 1990, contratando a Washington Tabárez y a Gregorio Pérez para la conducción técnica de nuestro seleccionado.

En la administración pública se destacó en la administración del Servicio Oceanográfico y de Pesca (SOYP) en la década de 1960, inaugurando el primer terminal pesquero de Uruguay. Candidato a la Intendencia de Montevideo en 1989 y Embajador del Uruguay ante la República Árabe de Egipto a fines de la década de 1990. En todos los casos representando al Partido Colorado.

No le fueron ajenas otras actividades, tres libros editados en la última década lo confirman.

Familiarmente fue Cholo, el tío que rebozaba gracia, alegría y permanentes consejos que, de magistral manera, acompañaba de anécdotas.

En momentos de tristeza queremos despedirlo con una frase de Epicteto (Filósofo 55 - 135 dC) que lo describe desde un ejemplo marino en la constante obtención de logros que dejó en su paso por la vida.

No debemos sujetar nuestra nave solo con un ancla, ni nuestra vida con una sola esperanza.