Acuerdo Grande

Acuerdo Grande

Por una coalición opositora


EL GOBIERNO Y EL FRENTE EN MODO SENDIC

30.Jul.2017

 

Redondos de dar vueltas, sofocados por sus propias miasmas, inutilizados; así están los jerarcas del gobierno y los dirigentes frenteamplistas. Vázquez, en exhibición extrema de cinismo, dice que "una renuncia es una renuncia", tras haberla rechazado hace un par de semanas. Miranda, con patético divismo, amenaza con renunciar si no se acata el fallo del comité de ética (???). Unos y otros dejaron por el camino declaraciones, operaciones y conspiraciones, y buscan tomar distancia del apestado, como si bastara para salvarse de la peste. Mientras tanto, se procesa una nueva rendición de cuentas, en la que no se distingue otro rumbo más que la exacción a los que trabajan para pagar un gasto público siempre creciente. No queda nada que se parezca a "la madre de todas las reformas", o a "cambiar el ADN de la educación", o a "diversificar la matriz productiva"; ni que decir de "un gobierno honrado, un país de primera". Preguntado Astori por las propuestas emblemáticas del gobierno, invoca la bancarización obligatoria (amenazada por derogación popular). Preguntado Rossi por la infraestructura, afirma que más del 50% de las carreteras están bien o muy bien (desmentido por UYCheck). Preguntada UPM por la segunda planta, aclara que es apenas un tema de conversación con el gobierno uruguayo. El ministro de Salud calla ante el descalabro terminal en el que está hundida ASSE. La ministra de Educación ni se entera de un experimento nazi con la sexualidad de los niños. Los presos mueren como moscas en las cárceles, que son centros de violación sistemática de los DD.HH.; también los de menores infractores. La violencia extrema acecha en todas las esquinas de Montevideo y golpea en ciudades y pueblos del interior. El desempleo crece. Siendo horrible todo lo anterior, queda empequeñecido frente a la mayúscula indecencia que significa el apoyo a la dictadura venezolana. Cuando vemos todos los días por las redes a gorilas en moto que secuestran y torturan a ciudadanos de a pie, cuando todas las cuentas dan bastante más de 100 muertos en poco más de 100 días de protestas, cuando el mundo entero se pronuncia asqueado contra el payaso de Maduro, Vázquez y Nin, y tras ellos todo el gobierno y todo el Frente Amplio, lo sostienen. No habiendo ninguna razón de principios ni humanitaria que lo justifique, solo queda pensar en negocios. Negocios turbios, a cuyo precio vil están vendiendo el rico patrimonio de los orientales, su identidad nacional, que es la defensa de la libertad, de la democracia y del derecho, o no es nada. Así estamos.

 

QUÉ PODEMOS ESPERAR

 

Nada; no podemos esperar nada. Este gobierno se quedó sin ideas, sin energía, sin coraje. Pero, además, carga con una pesadísima mochila de sospechas, de renuncias morales, de mentiras y de promesas incumplidas, empaquetadas en egos y vanidades gigantes que impiden corregir rumbos. El episodio Sendic no se agota en la suerte del protagonista: si renuncia porque renuncia, si se queda porque se queda, las idas y vueltas de la comparsa frenteamplista a su respecto no tienen arreglo. Y tras Sendic, esperan los negocios con Venezuela, y espera ANCAP, y la regasificadora, y Aratirí, y el humo de UPM-II, y una rendición de cuentas más... De crisis política en crisis política; en eso se irá la segunda parte de este gobierno. ¿Alguien puede esperar otra cosa de este elenco? Vázquez, Nin, Mujica, Topolansky, Bonomi, Muñoz, Muniz, Astori, Arismendi, Olivera, Netto; decrepitud y decadencia, condimentadas con Sendic.

 

QUÉ PODEMOS HACER

 

Hablo de la oposición política (no se me escapa que hay un vasto -tal vez vastísimo- sector de la ciudadanía que no sigue de cerca, ni le interesa, la marcha de los negocios públicos). En el corto plazo, la oposición debe insistir con más de lo que viene haciendo cada vez mejor: controlar, investigar, denunciar, no dejar pasar una, para que el daño a la República sea menor. Quedó probado, con la comedia montada por Vázquez en torno a la seguridad, que en este gobierno no hay espacio para los aportes diversos, ni se honran los compromisos asumidos. Solo un oportunista puede sugerir otro "diálogo nacional" tras aquella experiencia. Pero en el mediano plazo, las responsabilidades se agigantan. Una mitad del país, eventualmente creciente, está harta de la conducción frenteamplista y aspira a terminar con este ciclo. Sin embargo, esa mitad está fraccionada políticamente; y el ánimo anti-frentista no alcanza, así solito, para superar ese fraccionamiento en el balotaje, como quedó probado en las tres últimas elecciones. La línea de mínima (evitar que un próximo gobierno frenteamplista cuente con mayorías parlamentarias), parece a esta altura insuficiente: la oposición debería aspirar a ganar el gobierno. Si esa debe ser la aspiración, y si la oposición fraccionada no alcanza a ganar, entonces se hace indispensable empezar a discutir posibles combinaciones políticas desde ahora. Las encuestas ubican al Partido Nacional en su techo, pero despegado del resto de las formaciones opositoras. Esa posición de privilegio lo obliga especialmente, bien que no exonera al resto de pensar y proponer caminos. De cabeza abierta, con sentido de emergencia nacional, tenemos que empezar a explorar alternativas. Caso contrario, si llegamos a la elección de 2019 haciendo lo mismo que hasta ahora, podemos anticipar el resultado habrá de ser también el mismo.