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Departamental de Montevideo — Vertiente Artiguista

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La convivencia ciudadana depende mucho del conjunto de los habitantes, y nosotros somos una parte importante y activa de este conjunto, y tenemos que renovar nuestra convicción para impulsar un modo de convivencia más justo, más solidario y más democrático. Hacer que la vida cotidiana en nuestra ciudad sea mejor, y que podamos apropiarnos como ciudadanos de los espacios públicos para el disfrute de todos, exige nuestra participación y compromiso. VA Montevideo.

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Tanta insensatez no se tolera

16.Nov.2014

Por Adriana Barros

En la historia del Uruguay y del mundo, siempre se ha hablado sobre la importancia de obtener la mayoría parlamentaria. Herramienta esencial, imprescindible y necesaria para que un partido político pueda gobernar.
Cualquier persona que entienda medianamente de política, sabe que para poder impulsar las políticas definidas en el programa de gobierno, se requiere aprobar normativa, y para eso, el Frente Amplio necesita tener mayoría propia. La Ley de presupuesto, que condiciona el presupuesto del gobierno para los restantes cinco años, también.
Por eso el argumento utilizado por Lacalle Pou y Pablo Mieres no es válido, ni correcto, es más diría que insultan la inteligencia de la gente. Porque lo que sostienen, implica en los hechos, que gobierne una minoría. Imaginemos que el voto 16 en el senado fuese del Partido Nacional, cosa improbable: eso significaría que el partido que fue elegido para gobernar, no tenga asegurado los votos necesarios para aprobar sus leyes y que el voto de un senador de la oposición, uno solo (PN, PC o PI) defina qué se aprueba y qué no. Eso no es democrático, sino todo lo contrario. Democrático es que gobierne el Partido Político que el pueblo eligió con su voto.
La gobernabilidad solamente se asegura si se tiene mayoría parlamentaria. El Pepe Mujica, en una nota que le realizaron hace unos días sostenía que "lo peor que le puede pasar a un país es no tener un gobierno, quedar en la sopa boba donde no se resuelve nada".
Si hiciéramos un corte grueso entre partidos de derecha (Colorado y Blanco) y de izquierda (Frente Amplio), podríamos afirmar que desde 1971 a la fecha -exceptuando la dictadura- todos han tenido mayoría parlamentaria.
Otro absurdo sin parangón, es el planteo que afirma que no obtener mayoría parlamentaria implica más democracia, porque el partido electo se verá obligado a negociar con la oposición y deberá sentarse a discutir para lograr acuerdos. En primer lugar es menester aclarar que el FA siempre tuvo en cuenta a la oposición. Y en segundo lugar resultado concreto de eso es que se corre el riesgo de que termine gobernando un partido que obtuvo el 3% de los votos.
La derecha no sólo, nunca se tomó la molestia de sentarse a discutir o dialogar con el FA cuando fue gobierno, sino que en el período 2005-2009, no tuvieron la decencia de darnos los votos que necesitábamos para lograr la mayoría especial, requerida para cambiar la integración de los órganos de contralor en el Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral, teniendo nosotros la mayoría parlamentaria, como la tuvimos en el primer período.
Para terminar quiero dejar constancia de la contradicción existente entre el discurso y la práctica del Partido Nacional.Se han rasgado las vestiduras hablando de la importancia de la educación y de jerarquizar la formación docente. Sin embargo no pudimos concretar la Universidad de la Educación, porque necesitábamos 21 votos, que lamentablemente no estuvieron porque los legisladores de los partidos tradicionales no acompañaron con su voto la aprobación de un proyecto, que sin duda significaba valorizar la carrera docente. Por lo tanto ese falso dilema que pretenden instalar, sosteniendo que se opta por un gobierno de mayoría impuesto o por un gobierno de diálogo, es demasiada insensatez.