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Sobre el autor

Profesora de Enseñanza Media, Diputada por Montevideo MPP Frente Amplio, Presidenta de la Cámara de Representantes 2010 2011, Vicepresidenta del Frente Amplio, Vicepresidenta de la Unión Interparlamentaria Mundial (U.I.P.), Presidenta del Comité Político de la Escuela de Gobierno, Integrante de la Comisión de Salud de la Cámara de diputados.

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OTRO 1º DE MAYO

28.Abr.2015

 

“Si creeis que ahorcándonos podeís acabar con el movimiento obrero… ¡entonces ahorcádnos!. Aquí pisoteáis una chispa, pero allí y allá,detrás de nosotros, frente a vosotros, y por todas partes, las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podréis apagar.” Albert Spies (ejecutado en Chicago el 11 de noviembre de 1887)

Otra conmemoración del 1º de Mayo no es simplemente reiterar en un acto público un alegato histórico simplista. El significado de la fecha implica abordar la historia, no solo para rescatarla del olvido, sino para potenciarla y proyectarla, haciéndola presente en todos los ciudadanos para un constante compromiso en la defensa de su significado e importancia del 1º de mayo en la actualidad.

La historia nos recuerda que el 1º de mayo de 1886 en Chicago se condenaba a prisión y a la horca a militantes sindicales organizados, cuya reivindicación central de aquel momento era la conquista de las 8 horas de trabajo diarias. Éste es el valor de la historia que nos recuerda haciendo presente, las conquistas sindicales que se lograron desde fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, y donde el pasaje del tiempo muchas veces hace que aquellas luchas y conquistas , hoy parecieran que fueron otorgadas por cuestiones mágicas o procesos naturales.

La lucha por la organización sindical, las libertades y las mejores condiciones de trabajo, no se detienen, no se puede olvidar de ellas y tenemos la obligación de velar inteligentemente siempre por su cumplimiento y sus avances. La herramienta sindical, debe cuidarse, ella no solo ha logrado construir una cultura de trabajo, negociación y reivindicaciones, sino que también se ha insertado a nivel de los movimientos sociales, como en nuestro país, con la creación de la CNT como central única hasta hoy, la que fue un antecedente inmediato de la unificación de la izquierda en el FA.

Hacemos esta reflexión, porque el movimiento sindical, más allá de su perfil propio como espacio democrático de los trabajadores sindicalizados, en nuestro país ha jugado otros roles de carácter social, como las denuncias de las violaciones de derechos humanos durante el pachecato y el gobierno de Bordaberry, su huelga general en lucha contra el golpe de Estado del 73, la pertinaz oposición en la dictadura y, el compromiso político responsable en la reconstrucción de la democracia través de la creación del PIT-CNT. El movimiento sindical forma parte importante de la recuperación democrática, que hoy cumple sus 30 bienvenidos años.

Recuperada la democracia, luego de la ilegalización de todas las libertades y organizaciones, no bien se reconstituía el PIT-CNT, el neoliberalismo se instaló en la región. Hubo que luchar y mucho. Nuevamente desde las multinacionales, los organismos internacionales de préstamo, los gobiernos blanquicolorados y otros aliados, avasallaron y desconocieron prácticamente todos los derechos y conquistas laborales, además de provocar cifras alarmantes de desempleo, de inestabilidad e informalidad laboral. El neoliberalismo no daba tregua, pero no pudieron las fuerzas sociales del cambio avanzaron en la ciudadanía y logramos torcer la realidad con el triunfo del frente Amplio en el 2004.

En los últimos 10 años hemos revertido muchísimo la situación y que aún siguen faltando resoluciones no tenemos duda, pero que se ha avanzado tampoco. La reinstalación de las rondas de Consejos de Salarios tripartitos, establecidos en la Constitución de la República pero olvidada desde el año 73, salvo unos años en los 90 donde sólo se reunían y nada se les contemplaba a los trabajadores, ya pasó. Este año nuevamente se inicia otra etapa de la negociación colectiva, donde se han sumado áreas y cadenas de trabajo que antes no se contemplaban.

La mayoría de estos Consejos acuerdan, se ha instalado el diálogo y la salida acordada. Esto no implica que desaparezca el conflicto y las demandas, y no está mal que se den pero que puedan canalizarse en ámbitos institucionales son cuestiones que no deben olvidarse y no dejar de defenderse, es fruto de las viejas conquistas del sindicalismo y el nuevo rol del Estado.

La interinstitucionalidad que se ha gestado en los últimos diez años, refleja la voluntad política de los gobiernos frenteamplistas de generar espacios de participación no solo a nivel interestatal sino de la sociedad civil en su conjunto, por lo que se va creando una política de participación que, se consolida en base a la diversidad de posturas.

Que las reivindicaciones y denuncias se puedan dialogar, implica capacidad de análisis político y superar los dilemas. No olvidarse el papel de las organizaciones sociales como base de los gobiernos progresistas es muy importante, pues sin ellas tampoco habría progresismo. Es en la línea de la interinstitucionalidad y jerarquizando el vínculo necesario de la educación y el trabajo, que a nuestro entender son dos derechos que deben tratarse en forma conjunta.

Hace un tiempo se elaboró un documento llamado: “Cultura del Trabajo para el Desarrollo”, esta estrategia plantea la continuidad y profundización de lo avanzado en el proceso de Trabajo Decente, y también ahora, priorizar la Calidad del Trabajo. Planteando dos conceptos fundamentales: la universalización de la educación y la universalización del trabajo. Esta directriz estratégica busca así, contribuir a otras medidas, a reducir y eliminar desigualdades y brechas: laborales, educativas, territoriales, de edad, de género, de colectivos. Busca enseñar a aprender y a ser creativos, en las organizaciones públicas y privadas, a aprender a escuchar, a respetar el trabajo y estudio del otro con prescindencia del lugar que ocupe; a generara climas laborales y familiares que promuevan el compañerismo y la solidaridad.

Educación y trabajo son dos derechos fundamentales para el movimiento sindical y el país todo. No es casual el impulso de los procesos de formación profesional, de capacitaciones laborales técnicas y tecnológicas que se vienen implementando con la participación de los trabajadores, quienes son los productores de un país que ha crecido en el marco de un desarrollo integral.

El trabajo, la fuerza de trabajo y el conocimiento son los pilares del Uruguay. Complementa a estas propuestas el año pasado, se aprobó la ley de compras estatales a los pequeños productores artesanales. Trabajadores esforzados cotidianamente en la producción familiar-artesanal, que el Estado los reivindica y los toma como parte de sus proveedores, produce un avance significativo en ellos y en un Estado – para nada neoliberal- que se hace cargo de trabajadores postergados durante décadas.

Tan olvidados como los trabajadores rurales, que podrán desde el próximo 30 de abril tener un merecido descanso y reconocimiento de su limitación de la jornada, cuantos años debieron esperar…casi 100.- Pronto habrá un nuevo eje interinstitucional con la creación de la Comisión de Diálogo Social y Convivencia, que se impulsa desde el gobierno nacional, sin duda el movimiento sindical será uno de los actores claves, para potenciar la dupla educación y trabajo, en base al diálogo y a la convivencia de todos los ciudadanos; y continuar con los cambios favorables que se vienen generando. Hemos superado el Estado neoliberal, la deslegitimación y persecución sindical, hemos avanzado en diálogo y libertades sindicales, habrá que continuar en esa línea y obviamente surgirán obstáculos.

Pero con un gobierno que escuche, dialogue y legitime espacios de participación reales ; la unidad, la solidaridad y la lucha, debemos entender y comprender que la base de seguir construyendo con las fuerzas sociales del cambio el desafío de un modelo que nos sustente a todos .