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Sobre el autor

Profesora de Enseñanza Media, Diputada por Montevideo MPP Frente Amplio, Presidenta de la Cámara de Representantes 2010 2011, Vicepresidenta del Frente Amplio, Vicepresidenta de la Unión Interparlamentaria Mundial (U.I.P.), Presidenta del Comité Político de la Escuela de Gobierno, Integrante de la Comisión de Salud de la Cámara de diputados.

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A 50 años del Congreso del Pueblo.

10.Ago.2015

En los momentos históricos que vive nuestro país recordar y no perder la memoria no es solamente importante sino necesario, tan necesario es que, vamos recuperando el entramado social el cual ha cambiado sustancialmente en relación a 50 maños atrás.

Es en ese marco que para nuestros hijos y nietos es imprescindible que tengan en su saber de dónde venimos y hasta dónde llegamos, más aún cuando hoy somos parte del gobierno del Frente Amplio, construcción que nació o fue hija de nuestras organizaciones sociales.

Sabido fue que el Congreso del Pueblo, surgió en una instancia de importancia para el país, como así también las consecuencias que éste trajo tanto para los trabajadores como para las organizaciones sociales.

A partir de la década de 1960, se agudiza el deterioro económico del Uruguay, incrementándose las luchas sociales y políticas con una importante participación de las y los trabajadores públicos y privados, también del movimiento estudiantil, cooperativo y barrial.

A su vez el proceso de sindicalización se extiende a todo el país, aumentando la coordinación con el fin de lograr la unidad programática y organizativa de los trabajadores.

El Congreso de Unificación Sindical, que inicia sus sesiones el 9 de diciembre 1959, con la intención de constituir una central única, se prolonga hasta junio de 1961, luego de varios cuartos intermedios, creando en ese momento la CTU, Central de Trabajadores del Uruguay.

En abril de 1960, el mismo Congreso, llama a todas las fuerzas populares y a los poderes públicos para enfrentar la carta Intención, las políticas del FMI y las consecuencias que significaban. En 1964, los gremios textil, gráfico y de Funsa, acuerdan con la CTU, la convocatoria de una Convención Nacional de Trabajadores. Dicha Convención, reunida en setiembre del mismo año define entre otros puntos pasar a ser un órgano de coordinación entre la CTU y todos los sindicados.

Porque esta clase obrera unida, a la vez fue impulsora de la unidad de todo el pueblo y de sus organizaciones representativas, tema no menor a la hora de buscar grandes acuerdos, cultura predicada por nuestras organizaciones sociales y que dio sus resultados.

El naciente movimiento obrero lanzó la iniciativa de convocar al denominado Congreso del Pueblo en 1965 (agosto), instancia que convocó a más de 700 organizaciones sociales representadas por casi 1.100 delegados, que unió en las calles y en la formulación de un programa común de soluciones a la crisis a la clase obrera con el movimiento de las clases pasivas, siempre movilizado por sus reivindicaciones, a los cooperativistas de la vivienda y otros, a entidades femeninas, juveniles, estudiantiles.

Estas últimas contaban con una larga tradición de lucha junto a la clase obrera. Provenían de las intensas manifestaciones conjuntas de octubre de 1958, en donde se acuñó el lema: “Obreros y estudiantes, unidos y adelante” y se conquistaron en el Parlamento decenas de leyes de beneficio obrero y social así como la sanción de la Ley Orgánica de la Universidad, que establece el co-gobierno estudiantil junto a los docentes y profesionales.

También los estudiantes universitarios, con su Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), nacida al calor del movimiento de la reforma universitaria de Córdoba, y los secundarios, con sus noveles organizaciones , aportaron su entusiasta contribución a la lucha contra la dictadura, tienen sus mártires cuyo homenaje renuevan año tras año y forman en la columna del pueblo, un camino de memoria que muchos intentaron romper, su reconstrucción es responsabilidad y compromiso de todos nosotros.

En este singular proceso histórico, que el programa del Congreso del Pueblo marcó, las salidas a la crisis son: un Programa de Soluciones a la Crisis que la CNT hizo suyo en plenitud en 1966. Es en esa fecha que se reúne nuevamente el Congreso de Unificación Sindical, es aquí entonces, cuando la CNT deja de ser la Coordinadora de Sindicatos, para convertirse en la central de los trabajadores uruguayos.

La crisis económica del momento golpea fuerte a los sectores populares, quienes responden con medidas de lucha que llevan al enfrentamiento con las políticas de gobierno, donde aumenta la organización de masas para enfrentar esa crisis, y el gobierno responde con las Medidas Prontas de Seguridad (octubre 1967), frente al resurgimiento y la resistencia a la represión.

Paralelamente, entonces, se forja en Uruguay la unidad del movimiento sindical. En este caso la vía real fue la unidad de acción, como una visión integradora y de clara reconstrucción nacional. La huelga en ese momento es de un sector y era apoyada solidariamente por todos los demás, según el lema de los Tres Mosqueteros: todos para uno, uno para todos.

Existe en el imaginario colectivo la imagen de las dos grandes columnas de manifestantes el 1º de Mayo, una proveniente del Cerro proletario y la otra del Palacio Legislativo, que a mitad del camino se estrecharon en un abrazo.

Claro está, las relaciones no siempre fueron idílicas, se registraron debates ríspidos, no sólo con consignas enfrentadas sino que entre ambas primó la construcción de la unificación, pero la conclusión es que, pasando por varias formas intermedias, se dio nacimiento en 1966 a la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), con las características de una central única.

Desde ese momento hay en Uruguay una sola central obrera. Dicha central afirma en su Declaración de Principios el carácter autónomo del movimiento obrero, la vinculación de la lucha nacional con la unidad latinoamericana, antiimperialista reafirmando la fraternidad y solidaridad internacional de todos los trabajadores. Es otro rasgo distintivo, bien diferente a lo que acontece en casi todos los demás países.

En el período dictatorial, de 1973 a 1985, que ilegalizó a la central, persiguió, mató y torturó sus cuadros lo mismo que a los militantes de la izquierda y de los sectores de oposición, la central cambió su nombre por el de Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) y hoy se conoce como PIT-CNT. La central obrera desempeñó un papel relevante en la lucha por derribar la dictadura. La celebración pública del 1º de Mayo de 1983, desafiando la brutal represión, mostró ante todo el país que el régimen dictatorial había iniciado la cuenta regresiva.

Las diferentes concepciones que prevalecen en tal o cual destacamento de la clase obrera, coexisten en el seno de su central única.

Se discute, a menudo en forma apasionada o con duros enfrentamientos entre tal o cual tendencia, pero ello se ha hecho hasta ahora sin resentir su unidad esencial y básica, solo el movimiento sindical organizado uruguayo y quienes fuimos parte del sabemos lo que significa lograr acuerdos para construir el nudo de la unidad.

Así fue desde su origen, y se mantiene al día de hoy. Es claro que este hecho sin lugar a dudas también tuvo su repercusión en el plano político. Cuando se estaba gestando la creación del Frente Amplio, a fines de los 60, en lucha contra el régimen represivo de Pacheco Areco, que abrió camino al golpe de Estado, adquirió plena vigencia el ejemplo que estaba dando la clase obrera con su unidad total.

Es así cómo en la práctica las acciones políticas y las luchas sindicales se van entretejiendo, lo mismo que habría de ocurrir después en una serie de acciones conjuntas por objetivos comunes. En este singular proceso histórico, el programa del Congreso del Pueblo y de la CNT fue antecedente y base del programa adoptado por el Frente Amplio al ser fundado en 1971.

El programa del FA tuvo a partir de allí una evolución propia, en correspondencia con el proceso de esta fuerza política, pero que jamás puede olvidar sus orígenes, y somos todos responsables de refrescar este pasado para las nuevas generaciones, porque llegamos a este hoy es porque hubo un antes del cual podemos hacer la historia de una construcción única y de ejemplo en el mundo.

De esta forma se han ido entrelazando en la práctica la unidad de la izquierda y la unidad del movimiento obrero, avanzando en la concreción de la unidad del pueblo, elemento no menor a la hora de concretar los cambios sociales y políticos que está procesando nuestro país.

 

Ivonne Passada

Senadora