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Medicina Familiar y Comunitaria. Secretariado Ejecutivo del Partido por la Victoria del Pueblo. Frente Amplio. Senadora suplente por el Frente Amplio

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Más indios, menos caciques: VOTÁ 567

21.Jul.2016

El debate de qué Frente Amplio queremos es una premisa positiva porque quiere decir que queremos al partido, el FA es la herramienta de cambio que nos ha permitido generar un Uruguay más justo y podríamos nombrar un montón de políticas que han ido en ese sentido. Quiero decir esto en primer lugar. porque al momento criticar al FA desde muchos sectores se acusa de no ser frenteamplista a quien critica y, justamente, eso es ser del frente, ser de izquierda, ser profundamente crítico. O uno genera incomodidades y cuestionamientos o no es de izquierda. No hay nada más conservador que mantener las aguas tranquilas. El fa es de cada uno de nosotros, por eso que con la autoridad de cualquier frenteamplista debemos discutir que FA queremos.

Las elecciones son la oportunidad de discutir FA, no es solamente una instancia para cambiar una cara por otra, si convocamos a participar es para dialogar y construir un proyecto de fuerza política.

Debemos aceptar que hay distintas visiones y debemos recordar que esto siempre ha sido así, siempre han habido vertientes en la fuerza que aportan miradas disimiles y diversas, pero eso nunca constituyó un obstáculo a la hora de transformar al FA en una fuerza renovadora.

Actualmente tenemos un FA que desapareció como actor político, la fuerza le cedió el patrimonio de las decisiones al Ejecutivo. Pongamos como ejemplo la Rendición de Cuentas, el Ejecutivo pide al Poder Legislativo disciplina partidaria, y esa no es la dinámica democrática que defendemos. Nosotros pretendemos defender una democracia de participación, de dialogo, un colectivo participativo.
Después de ganar en las elecciones del 2004 los frenteamplistas nos "descansamos".

El 24 de julio próximo se votan las autoridades del FA, pero se vota también una dirección política, y esa dirección política debería ser capaz de hacer autocrítica, balance, diagnostico de las situaciones y una posterior puesta en marcha de soluciones a esas problemáticas.

Hoy cuando invitamos a un compañero a un comité de base tenemos que preguntarnos para qué lo hacemos. Las decisiones se toman en otro lugar, lejos de la participación del militante.

Las bases, que no tienen voz en el parlamento, tampoco tienen la posibilidad de ser escuchados ni de ser parte de la discusión, entonces, ¿cuál es el rol de la fuerza política?

Hoy la fuerza es conducida por un secretariado cuando en realidad es una mesa política la que debería llevar a cabo la conducción.

Si no hay debate, si no hay discusión, si no hay intercambio, si no hay información al respecto de los temas a tratar, no hay unidad. La unidad es confrontar ideas, ponernos de acuerdo y salir a defender políticamente esas decisiones. Lo que hoy existe es un disciplinamiento, donde el Ejecutivo resuelve y los demás debemos acatar, a riesgo de ser llamados anti frenteamplistas en caso de plantear desacuerdos. Sin información, sin la posibilidad de confrontar posiciones sin que se vea como un insulto al FA no se puede construir democracia.

El hecho de tener varios candidatos con propuestas distintas, contrario a lo que se dice, no hace más que fortalecer al FA, porque contrapone miradas y proyectos y discursos distintos.

Desde nuestro lado, creemos que si votamos solamente un plenario y todo queda como está, es lo mismo a que no se vote nada. Desde nuestra visión, la opción de Roberto Conde le devuelve al partido protagonismo y acción política, le vuelve a dar su rol en la sociedad.

Hay quienes abogan por un sistema en donde la dirección política sea un dialogo conjunto entre el partido y el Ejecutivo, y en ello exista una construcción de ambos, un seguimiento del programa y quienes creen que la construcción de política es meramente patrimonio del Ejecutivo y el FA tiene que tratar garantizar a toda costa la gobernabilidad. Eso es un FA subordinado y dependiente del Ejecutivo y eso es lo que no queremos.

No somos oposición por el solo hecho de discutir y construir junto al gobierno.
Si no respetamos el congreso del Frente Amplio tenemos problemas serios en la conducción política, con esto estamos diciendo que el FA no tiene autoridad, no tiene incidencia como actor político.

Tenemos que aceptar que entre los candidatos hay matices ideológicos, decir que defendemos tal o cual proyecto no debería dañar a nadie.

Nosotros defendemos la renovación generacional pero si ponemos una cara joven a defender ideas viejas estamos insultando la lucha generacional. La renovación debe ir de la mano del discurso del intercambio de miradas y conceptos entre generaciones, de actualización ideológica, de una necesidad de que todos seamos parte, sin contraponer jóvenes y viejos. Si no hacemos eso estamos perdiendo en la construcción de participación en los lugares de incidencia política.

Tenemos un programa de gobierno que hicimos entre todos, que la ciudadanía votó y que al gobierno le toca cumplir. Sea cual fuere el caso por el cual no se pueda cumplir entonces el gobierno debe decirnos por qué y no solamente no hacerlo. En materia fiscal tenemos un claro ejemplo, primero se anunciaron medidas alejadas del programa y después no se escuchan las propuestas alternativas de los distintos sectores que si van en la línea de no castigar a los trabajadores y gravar al capital. No concebimos como un gobierno de izquierda decide postergar gastos en salud y educación. Estamos como en la época del Batllismo, con leyes de avanzada en materia de derechos pero que no cambia el proyecto de desarrollo del país.

En relación al paro del pasado 14 de julio, muchos criticaron que los que paramos en realidad le hacíamos el juego a la derecha, si el proyecto de izquierda no va de la mano de la movilización de trabajadores entonces estamos perdidos como actores de izquierda.

La invitación este 24 de julio es a votar por recuperar la conducción del FA, a retomar al Frente Amplio como un actor político en la escena, a reconstituir la capacidad de ser protagonista e instrumento de cambio.

Si la indignación ante las injusticias sociales fue lo que nos llevó a movilizarnos y a actuar en el terreno político, debe ser esa misma indignación ante lo que como partido no hacemos del todo bien la que nos debe mover a cuestionar y reformular lo que vemos del FA.