Seguramente fue mi tía Delia, la mayor, dinámica, revoltosa y siempre activa, la que me llevó a ver a "Ike" Eisenhower, quien llegaba a Montevideo rodeado de gran popularidad. Nos paramos en la esquina de Bulevar Artigas y Maldonado junto a la multitud que lo vitoreaba, sí seguro, ese día vi la primer pancarta de mi vida.
Tenía 8 años y al igual que la mayoría de los uruguayos admiraba a ese héroe de la 2ª Guerra y presidente de los Estados Unidos, estaba muy lejos de entender que pasaba en la Facultad de Arquitectura, donde un "Guanaco" esos carros de la policía que escupen agua, intentaba tapar una inmensa tela que decía algo como; Fuera imperialistas de América y un probable Viva Cuba"
Le pregunte a Delia que quería decir y porque habían colgado ese cartel. Probablemente me dijo algo de los comunistas, de Cuba y de los niños que separaban de sus familias.
Curioso para una mujer a quién décadas después la llamaron la abuela de Cuba y llegó a ser recibida por Fidel cuando vino en 1995. Pero esa es otra historia, ésta es de pancartas y esa fuerte impresión que me dejaron aquellos muchachos en la azotea de la facultad, bañados por el agua de los "Guanacos" sosteniendo con entereza sus principios.
Buenas o malas frases, las pancartas reflejan lo que alguien siente, generalmente sobre luchas sociales y mayoritariamente se asocian a denuncias. Será por aquella primera impresión, que nunca dejo de leerlas y tratar de entender que significan más allá de las letras escritas.
Hace ya varios meses que los jugadores de todos los planteles entran a la cancha con una pancarta, primero era aquella de "Más unidos que nunca" ahora son dos, una en que le recuerdan al Ministerio de Educación y Cultura que están esperando "MEC nuestro fútbol sigue esperando" y otra que dice "Directivos, renuncien ya, la Mutual somos los futbolistas"
Ya Tenfield se retiró de la absurda lucha de ignorarlas y ahora las muestra al detalle, como aceptando la legitimidad del reclamo, consciente de que le costó muy caro ponerse en la vereda de enfrente de los jugadores. ,
No quedan dudas sobre el pedido de renuncia, la legitimidad la define la participación de la mayoría de los jugadores en cada partido y la terminó de dar el clásico, cuando ante la mirada del Uruguay entero se mezclaron las camisetas de Nacional y Peñarol detrás de la pancarta.
Queda claro que los directivos de la Mutual no representan a su gremio y deberían haber dado un paso al costado hace rato.
Pero ¿y el Ministerio de Educación y Cultura? Admito que no sé de Derecho, que no debe ser un tema fácil de resolver, que hay que estudiar estatutos, disposiciones, leyes. Que habrá distintas opiniones y quizás algo de burocracia, pero... el MEC está corriendo el riesgo de que la opinión pública los identifique con los dirigentes de la Mutual y Tenfield y los empiece a sentir cómplices.
El gobierno debe dar una señal clara, todos la estamos esperando, aunque la ley finalmente no esté del lado de la justicia, que en este caso es bien clara. No puede tardar más, aunque sea para que estos jóvenes que luchan por sus principios, la retomen desde otro lado, pero sobretodo, para que no se desanimen y otra vez nuestra sociedad sea responsable de frustrar justos reclamos.
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