Joaquín DHoldan: Escritor y Dramaturgo de la Villa del Cerro radicado en Sevilla.
Twitter: @joadoldan
Una mutación es una variación en las características que no necesariamente se trasmite a la descendencia. Sin embargo la esperanza del cambio es necesaria para muchos de nosotros. Tan cierto como el miedo (o el interés) que lleva a los sectores más conservadores a pretender que todo siga como a ellos les gusta.
En una entrevista para "Jot Down" (una revista que se puede leer gratis por Internet, no se la pierdan), Alessandro Baricco reflexiona que quizás la política no es tan importante. Es una frase profundamente peligrosa porque puede llevarnos a la desidia (una de las características que más les gusta a los reaccionarios), pero que insinúa una realidad que hay que combatir. El ejemplo que daba el escritor italiano era devastador. EEUU estaba presidido por Obama, un afro- descendiente, con un nombre ideal para combatir la "islamofobia", sonriente, con una familia para enamorar y con un discurso lleno de buenas intenciones. Pero la terrible realidad fue ¿mejoró en algo el mundo? ¿Se notó? ¿Notamos que EEUU estaba dirigido por un buen tipo? Todos sabemos la respuesta: no mucho, no de forma significativa. En cambio ahora está un rico manipulador, con una familia artificial, con gestos ridículos y un discurso repulsivo. El representante de la cara opuesta. Es cierto, no firmó lo del cambio climático, pero seamos francos: ¿acaso EEUU lo cumplía? La terrible noticia es que el mundo es un poco más antipático, pero no piensen que hace unos años a los latinos nos esperaban con carteles de "Bienvenidos a vuestra casa".
A veces las poblaciones nos enganchamos en discusiones sobre la derecha y la izquierda. Esas discusiones los políticos sólo las tienen cuando hay votos de por medio. A nosotros, en cambio nos cuesta mucho hablar con perspectiva, ser críticos más allá de nuestras ideas. Pero lo cierto es que si soy de izquierda y nos gobierna la izquierda, me gusta que se note con buenas políticas sociales, no sólo en el discurso. Claro que hay que defender de forma vehemente y respetuosa la sociedad que queremos construir, pero además creo que hay que construirla, y eso se hace día a día. Haciendo, no diciendo.
Puede ser tan retrógrada la derecha rancia como la izquierda mutante, ambas pueden hacer que la desesperanza se instale en los pueblos.
En eso me hace pensar la banda granadina "Niños mutantes" que está haciendo discos desde mediados de los noventa. Estuvieron en el Festival "Nocturama" en Sevilla y tienen un directo muy divertido, que dan ganas que nunca acabe. Uno de mis discos favoritos es "Grandes éxitos de otros", que incluye versiones de Depeche Mode, Alaska y Raphael. Los veranos también han mutado. La "crisis" de las discográficas empujó a las bandas a tocar en vivo y hace varios años que la Península Ibérica se ha llenado de festivales.
Volviendo a Baricco, está escribiendo la segunda parte de "Los bárbaros: Ensayo sobre la mutación", un libro imperdible que reflexiona sobre todo esto, sobre cómo hemos cambiado, a veces lo suficiente como para retroceder. ¿Acaso no es lo primero, ejecutar la música en vivo antes que grabarla?
Pobres de nosotros y nuestro futuro si creemos que militar políticamente es firmar una petición por internet, que protestar es escribir un tweet, que ser revolucionario es compatible con el lujo o que ser culto te obliga a no ver televisión. Quizás debamos volver a enamorarnos de los libros, de la música que nos hizo felices. Así, recordando lo que queremos, podemos definir nuestra ideología y disfrutar una vida acorde a ella, sin dobles caras, con humildad. Recordando que somos efímeros.
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