Fin de semana sin fútbol, domingo con lluvia y una oportunidad para leer, escuchar música y una buena siesta tras la pasta del mediodía sintiendo el ruido de la lluvia. Idílica imagen si fuera cierta, pero mañana es lunes y en menos de 10 días terminarán las Eliminatorias y uno siente el cosquilleo de la incertidumbre que el fútbol siempre da.
Yo me he sobrepasado afirmando que ya estamos en el Mundial, las agencias de viaje ya promocionan paquetes y para colmo el maestro hace una convocatoria que parece pensada para Rusia, parece digo y es una opinión nada más.
Pero habrá que jugar estos dos partidos y esperar.
Estoy convencido que lo van a lograr, los rivales, los cruces y todo lo demás lo hacen exageradamente posible, pero es fútbol y todo puede pasar. Esta bueno hoy y ahora afirmar que lo que se ha hecho ha sido formidable.
Palabra que siempre me critica Paco Fernández, pero me gusta usarla porque creo que es muy definitoria, fuerte, contundente.
Sí, ha sido formidable porque fue un trabajo metódico, serio, apelando a las raíces, pero apoyado en la organización y la inteligencia que rescató a nuestra selección de la improvisación, le dio un cobijo al talento y al sacrificio de unos pocos futbolistas destacados que andan por el mundo haciendo que éste sepa que Uruguay existe.
No puedo demostrar que sin ese trabajo y la firmeza de la conducción de Tabárez estaríamos esperando estos 10 días con la ilusión de clasificar en forma directa, por primera vez desde que se compite todos contra todos.
Solo apelo a mi experiencia para afirmarlo, no, no estaríamos acá, y mucho menos estaríamos viendo éste remozado plantel fruto del otro trabajo, el más escondido, el de ver, apoyar y seguir la evolución de decenas de chicos que llegaron a las selecciones juveniles hace 10 años con 13 y hoy comparten la cancha con los que arrancaron en el 2006, cuando solo servíamos de sparring de los que iban al Mundial de Alemania.
En 10 años el fútbol ha descubierto que hay una salida deportiva y económica que estaba escondida detrás del egoísmo y los intereses de dirigentes y empresarios. Si, una salida para todos, incluso para ellos que la entorpecían miserablemente con la defensa de sus chacritas.
Será lo que el fútbol defina, ese que se juega dentro de una cancha, pero lo hecho no puede ni perderse ni olvidarse, aunque el resultado no sea el esperado y los que acechan esperando un tropezón empiecen a gritar.
No quiero usar la frase del maestro "El camino..." Digo, el éxito, y es la primera vez que uso esta palabra, está en lo construido, eso es lo que no hay que perder.
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