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Pablo Mieres

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Columna de Pablo Mieres

Sobre el autor

Doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Sociólogo. Presidente del Partido Independiente. Senador por ese partido para el período 2015-2020.

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Política internacional: otro incumplimiento de las promesas del gobierno

07.May.2018

Estamos en presencia de otro ejemplo de política surrealista.

Hace tres años el Canciller Rodolfo Nin Novoa iniciaba su gestión con un equipo de trabajo y una propuesta de política internacional totalmente compartible. Su objetivo era trabajar con energía y firmeza en la apertura de mercados mediante acuerdos comerciales que permitieran el ingreso de nuestros productos a terceros mercados con aranceles mínimos o con arancel cero.

Numerosas veces el ministro Nin Novoa ha repetido con total razón que un país que tiene una población de tres millones y medio de habitantes y produce alimentos para más de treinta millones, tiene una vocación ineludible para vender sus productos en el exterior. Y esa situación implica que uno de los mayores objetivos es abrir mercados e ingresar a ellos en las condiciones más favorables.

Todo esto es de una contundencia y racionalidad demasiado evidente. De hecho, la orientación de la política exterior formulada, fue acompañada y apoyada por casi todos los partidos.

Sin embargo, debe anotarse una única e insólita excepción. El partido de gobierno, el Frente Amplio es el único partido que ha cuestionado y, por lo tanto, bloqueado esta política exterior que sería muy beneficiosa para el país.

Así es que apenas transcurridos unos meses de la gestión del gobierno de Tabaré Vázquez, el Plenario del Frente Amplio decidió, en contraposición a la postura de la Cancillería, que Uruguay debía retirarse de las negociaciones del TISA (un posible tratado multilateral sobre comercio de servicios), antes aún de que se avanzara en los contenidos y de que se supiera sobre las eventuales condicionalidades que dicho tratado podría generar.

Fue surrealista ver en el Senado a un ministro interpelado por la oposición por la decisión de su gobierno de retirarse del TISA, que compartía los argumentos del interpelante y rechazaba los de su propia bancada.

Pero el colmo de estas paradojas insólitas ha ocurrido con el Tratado de Libre Comercio con Chile. El gobierno pidió a comienzos del año 2016 ser recibido por las Comisiones de Relaciones Internacionales de las dos Cámaras para explicar los contenidos de un nuevo Tratado de Libre Comercio con Chile, con el que ya existe un acuerdo de liberalización comercial de productos, que incluye ahora un acuerdo de libre comercio sobre servicios y ciertas reglas de libre comercio denominadas "de última generación".

En esa oportunidad se aclararon todos los aspectos de la negociación y los contenidos del acuerdo que se firmaría y se respondieron todas las preguntas de legisladores de todos los partidos. Después de contar con este espacio de intercambio con el Parlamento, el presidente Vázquez en octubre de 2016 firmó el Tratado con ese país.

A comienzos de 2017 ingresó al Parlamento el Tratado firmado para su ratificación. Y transcurrió todo el año 2017 y lo que va de 2018 sin que la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado lo pudiera votar.

¿Por qué? Aunque parezca mentira, porque los senadores del Frente Amplio se opusieron una y otra vez, cada vez que diferentes senadores de los partidos de oposición proponían que se votara.

Estamos en presencia de otro ejemplo de política surrealista. Los legisladores opositores están dispuestos a votar un Tratado firmado por el presidente de la República, pero los legisladores del gobierno lo bloquean. Prueba máxima del grado de confrontación interna que aqueja al Frente Amplio.

En estas horas, y luego de meses de postergaciones y habiendo trasladado la decisión sobre la firma del Tratado, del Parlamento a la estructura interna del partido de gobierno, nos enteramos que el Frente Amplio postergó su decisión y, además, impide que los parlamentarios puedan votarlo.

Esta es una de las tantas pruebas que demuestran que el Frente Amplio se ha vuelto incapaz de gobernar. Como en todos los temas relevantes que están pendientes, el Frente Amplio está dividido y pone al país de rehén de sus contradicciones.

Pero, además, incurre en un nuevo incumplimiento de sus promesas de gobierno.

En efecto, durante la campaña electoral el candidato presidencial y actual Presidente, Tabaré Vázquez, prometió un profundo cambio de la educación de nuestro país que funciona rematadamente mal. Para ejemplificarlo utilizó la famosa frase que lo persigue hasta el día de hoy: "vamos a cambiar el ADN de la educación".

Transcurridos más de tres años desde que se inició este gobierno, del sistema educativo no han modificado nada y los resultados educativos son cada vez peores. Por si quedara alguna duda, mantuvieron en la cúpula de la ANEP a los mismos que ya venían fracasando desde el período anterior.

Por otro lado, en la pasada campaña electoral prometieron a viva voz y en forma contundente y reiterada, que no habría aumetno de impuestos, y sin embargo desde que comenzó este gobierno cada año aparecen nuevos incrementos de la carga tributaria que afectan la competitividad de nuestro aparato productivo.

En fin, ni cambio de ADN de la educación, ni freno en el incremento de la carga tributaria, ni apertura al mundo. Tres promesas del gobierno que era imprescindible cumplir y que han quedado totalmente incumplidas.

Mientras tanto, el gobierno transcurre por inercia, desgastado y encerrado, y sin fuerzas ni consensos internos para realizar las grandes reformas que continúan pendientes.