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Medicina Familiar y Comunitaria. Secretariado Ejecutivo del Partido por la Victoria del Pueblo. Frente Amplio. Senadora suplente por el Frente Amplio

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TLC con Chile y la democracia interna del FA

08.May.2018

 

La democracia empieza por casa. Las repercusiones que circularon luego del Plenario Nacional del Frente Amplio del pasado 5 de mayo nos reflejan la concepciónes de democracia que conviven en nuestro país y las distintas perspectivas sobre quién debe tomar las decisiones.

Por un lado se pusieron de manifiesto las voces de quienes defienden una democracia enflaquecida, meramente representativa, manejada por una elite de representantes que toman todas las decisiones en ámbitos reducidos. Estos tendrían validada su decisión, sea cual sea, en cualquier tema, por una participación de la ciudadanía que se da una vez cada 5 años. Ciudadanía que, según ellos, luego delega todo su poder en éstos y ya no es necesaria su voz. Estos representantes, siempre según ellos, tienen libertad absoluta ya que no existen consultas intermedias para orientar. Un dia cada 5 años valida todo su poder o aparentemente les genera una conexión telepática con sus votantes a los que sin consultarlos ni pedirles opinión por nada mágicamente representan de forma fiel.

Esta concepción de la democracia, defendida por la derecha y algunos referentes del Frente Amplio, está muy alejada de lo que ha sido la historia de lucha frenteamplista y la concepción democrática que conforma a nuestra fuerza política en coalición y movimiento. Que salgan figuras como Pedro Bordaberry a cuestionar el funcionamiento democrático del FA no es sorpresa, ya que si algo desconoce este señor es de esta temática. Dentro de filas frenteamplistas surgen figuras ya conocidas, como Rodolfo Nin Novoa quien ya desde el año 2007 tiene antecedentes de no respetar a su fuerza política, cuando salió al día siguiente del Congreso del Frente Amplio (órgano máximo de dirección del partido) a desacreditar sus resoluciones sobre la lucha contra la impunidad. Desconocer a sus autoridades políticas es un hábito instalado en él. Ningún respeto por la interna frenteamplista podemos esperar de esa persona.

Esta conformación de la democracia centrada en una clase política que gobierna desconectada de las bases beneficia a los sectores de las clases altas e invisibiliza la voz de los grupos subalternos. En una política donde, a diferencia de la integración de las bases, los cargos de representación política están ocupados en su gran mayoría por hombres, blancos, universitarios, la voz  de las mujeres y de los sectores populares difícilmente será representado fielmente por esta democracia.

Un Frente Amplio que ha luchado incansablemente por la democracia, que ha defendido una y otra vez la participación directa de la ciudadanía en referéndums y plebiscitos, que ha promovido Presupuestos Participativos locales, que ha tomado la descentralización política como eje de trabajo, que ha sido ejemplo en el mundo con la participación de las bases frenteamplistas no debe nunca hacerse eco de tales voces.

Tenemos claro que nuestra concepción de democracia molesta a los que quieren concentrar el poder en unos pocos iluminados. Pero como para cambiar el mundo se empieza por casa, la democracia también y en el Frente Amplio se manda obedeciendo le pese a quien le pese. Le pesa a la derecha, porque damos un ejemplo que es peligroso para ellos, le pesa a los grandes medios de comunicación, operadores de la derecha, pero también le pesa a los tecnócratas y burócratas del Frente Amplio, que han elitizado la toma de decisiones.

La fuerza política de izquierda cumplió su función marcando el rumbo que el gobierno debe seguir. El programa de gobierno es muy amplio y no basta para resolver cada una de las decisiones que el gobierno tiene por delante. La fuerza política tiene la responsabilidad de orientar a quienes son representantes políticos del Frente Amplio. En una democracia de partidos como la nuestra, la representación es por partidos y eso es un gran valor de nuestro país. Nadie es votado por fuera de esto. Primero se vota al partido y luego a los integrantes de los organismos y el primer deber de representación política es del partido. En otros países de América Latina, la representación centrada en persona o grupos y no en partidos ha generado grandes debilidades para estas democracias. Por esto, sostener frases como “los que fueron votados fueron los parlamentarios y no el Plenario del FA” es un error que le quita fuerza a nuestra democracia.

El Frente Amplio tiene un gran valor democrático que es su conformación de coalición y movimiento. El primer componente son los sectores políticos y el segundo son las bases frenteamplistas. Las bases son un valor central en una fuerza política que tiene la convicción de que la gente, los vecinos y vecinas, que se reúnen, se informan, debaten deben ser parte de la toma de decisiones.  Es una concepción de democracia radicalmente distinta a la de la derecha, que no puede entender ya que solo usan la participación de la gente para repartir listas y que sostienen por una mirada de clases el gobierno de unos pocos para unos pocos y no suelen incorporar la mirada de las grandes mayorías. Esto es un componente central que debemos defender, incluso de nosotros mismos. Recordemos que los sectores más conservadores dentro del Frente Amplio han intentado previamente fomentar reestructuras de la fuerza política para quitarle fuerza a las bases. Desde dentro y desde fuera se ha ninguneado a las bases frenteamplistas, pero son la base de un proyecto alternativo de democracia que fortalezca la participación directa. Estas son, además, las que tensionan hacia la izquierda al Frente Amplio, por lo que tienen un valor político que debemos cuidar.

En el tema puntual del TLC con Chile era particularmente importante que el FA sea el que resuelva ya que implica el avance de un nuevo rumbo en los acuerdos comerciales internacionales del país, y porque resoluciones previas del Frente Amplio como las que tomó respecto al TLC con Estados Unidos y el TISA nos mostraban que la mayoría del FA no hace acuerdo con este rumbo. Por lo tanto, una resolución del gobierno que pasara por alto este proceso de discusión previo de la fuerza política claramente sería problemático.

Se plantean falsas dicotomías. Esto no implica una resolución de no apertura al mundo. Uruguay ha ampliado sus mercados de forma importante en los últimos períodos de gobierno y aumentado el ingreso de inversión extranjera en el país. No se necesitó realizar Tratados de Libre Comercio para que esto ocurra. Lo que está en juego es de qué forma vamos haciendo esta apertura al mundo, y cuál es el formato que nos permite cuidar los intereses del país. Abrir puertas que hipotequen el futuro desarrollo del país es un precio muy alto a pagar. Insertarse en el mundo sin comprometer áreas de desarrollo del país que puedan surgir en un futuro, es la clave.

Fue un paso muy importante el que dimos con la aprobación del documento ”Orientaciones políticas para la inserción comercial internacional del país en los próximos dos años (2018-2020)“ presentado por la mesa política. Esto posibilita lineamientos generales que no nos hagan abrir el mismo debate cada vez. No se aprobarán acuerdos que incluyan Listas Negativas, ya que esto implica que todo sector que aún no se ha desarrollado en el país queda incluido en este, embretando el desarrollo de futuras áreas que puedan surgir. Se resolvió también que acuerdos que incluyan Cláusula Trinquete y Status Quo tampoco se aprobarán ya que quitan flexibilidad y restringen el margen de maniobra para realizar cambios en los sectores que integran el acuerdo. Finalmente, Uruguay no negociará la propiedad intelectual en acuerdos bilaterales sino multilaterales que son más favorables para los países pequeños.

Estas orientaciones, lejos de cerrar las puertas de Uruguay al mundo, nos marcan condiciones para buscar acuerdos más justos y que permitan que el país pueda crecer en nuevas áreas de la tecnología y la ciencia y evitan que nos congelemos en el tiempo solamente como exportadores de materias primas.

Sobre el TLC con Chile y el Tratado de Patentes, se pide al gobierno un informe sobre el impacto esperado de este acuerdo, algo que es deseable para tomar decisiones adecuadas y para levantar un cuarto intermedio para que resuelva el Plenario. Los ámbitos más democráticos de nuestra fuerza política tomarán la decisión finalmente que deberán llevar adelante nuestros parlamentarios, porque como dice uno de los principios de mandar obedeciendo, representar no significa suplantar.