Tú anteriormente hacías periodismo en televisión, ¿verdad?, ¿Y en un canal infantil también, puede ser?
Si, en Paka-Paka, acá en Argentina es un canal para chicos. Cada vez estoy más lejos del periodismo, tampoco sé muy bien qué es el periodismo. Si es un tipo que hace prensa para una empresa, o que investiga independientemente, si es un redactor que trabaja en un diario o si es un tipo que hace crónicas sobre el espectáculo en la calle, la verdad es que el periodismo es tantas cosas y no es nada. En Paka-Paka yo hacía un personaje llamado Lucio, que era una voz en off, la voz de una radio. Era un programa que se emitía bilingüe con lenguaje de señas. Era un personaje de ficción y guionado, así que no era nada de periodismo tampoco. Estrictamente actoral.
Otro programa tuyo pero que sí pudimos escuchar aunque fuera por streaming fue “Con qué se come”
Uy, sí, no fue hace tanto, fue en el 2012 acá en del Plata. Es un programa que tengo muchas ganas de volver a hacer, que duró muy poco tiempo y no sé por qué, se había logrado instalar muy bien en la radio, lo hacía con Alejandro Turner, un dramaturgo y guionista y muy especialmente un amigo. El programa era sobre gastronomía y humor. Creo que llegamos a hacer 12 programas, era semanal y se iba a transformar en diario y por esos avatares de las radios, termina no siendo nada.
Era un lindo formato.
Sí, era un lindo formato y la verdad me encantaría volver a hacerlo, quizá no he insistido lo suficiente, acá en Argentina el tema de las radios es bastante incierto.
¿Cómo conociste a Dolina?
Fue haciendo una nota para Canal Encuentro, un programa que se llamaba “AZULUNALA”, pero no para chicos, para adultos. Lo fui a entrevistar acerca de la vocación artística en la infancia, y hubo como una corriente de empatía, de afinidad. Como anécdota, te cuento que en las pruebas de sonido siempre recito la Oda 26 de Fray Luis de León “¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido;…” que por alguna extraña cuestión me la sé de memoria desde la adolescencia y en vez de decir “uno dos tres probando” empiezo a recitarla, y Dolina siguió, casi que hicimos un dueto improvisado. Y me acuerdo de que uno de los chicos que fue conmigo a hacer la nota me dice “ché, pero le caíste bárbaro, empezó a recitar con vos” y yo" no, nada que ver, se la sabría"… A los pocos días me llama Maica Iglesias, la productora, y yo me preocupé, pensé que se iban a quejar porque la edición de la nota quedó mal o algo así, porque hubo que recortarla mucho, pero todo lo contrario, me dice que Rolón se iba a ir del programa y que si quería probar. Y empezamos. Luego me enteré que le había hablado de mí un periodista y amigo en común, Carlos Ulanovsky y que me había recomendado.
Una anécdota fabulosa, ¿qué significa el nombre de ese programa?
El programa se llamaba “AZULUNALA”, como azul-un-ala, que solo tiene sentido acá, es de una canción patria, “Aurora”, que dice “azul un ala el color del cielo”, pero que los niños la cantan de corrido, sin saber qué es, y el programa se llamaba “AZULUNALA: LA PATRIA DE LA INFANCIA”. Está en youtube. Está buena esa entrevista con Dolina. Bastante antes le había hecho una para Canal A, en un programa llamado “Radionauta”.
¿Es tu sexto año con Dolina?
El octavo, en realidad. Arranqué en el 2008. Yo, en verdad, los cuento por radio. Estuvimos dos años en RADIO 10, dos en Nacional y este es el cuarto en Del Plata.
Y en estos años la alineación cambió mucho en el programa.
¿Vos te referís al equipo? No sé si cambió mucho, a mí me tocaron todos. Cuando yo me incorporé estaba el Pollo Mactas, luego viene Coco Silli. Después se fue Coco y vino Schultz. Y después se fue Schultz y vino Dorio. Eso a grandes rasgos. Hubo alguna prueba en el medio y después volvió Gillespi también.
Con todos esos cambios, siendo que el segmento humorístico es un tramo de improvisación, ¿cómo varía en función de los acompañantes?
Varía mucho, realmente y en especial en estos últimos tiempos. Dorio y Gillespi tenían perfiles muy distintos. Con Gillespi se daba más el juego actoral mientras que con Dorio era más una cuerda reflexiva, mucho menos humorística, pero también más del relato, algo mucho más cercano a lo narrativo.
Dorio en definitiva es más un conferenciante y escritor que actor, ¿no?
Sí, pero el tema es que la línea por la que iba siempre discurría más cerca de la de Dolina, y en eso me dejaba muy solo. O sea, en la improvisación yo siempre estoy solo, pero por esa línea discursiva él resonaba más con Dolina. En cambio Gillespi, se desdoblaba en otro personaje, era como si hiciera una segunda voz.
A veces de repente decía “ahora soy un niño” y había que seguir por ahí.
Si, hubo una temporada que nos tenía locos con Michelle Bachelet. Y en cuanto a Coco él es principalmente un actor, pero la verdad es que fue hace mucho tiempo, no te sabría decir cómo era la sensación.
Como músico además Gillespi tiene un gran sentido del ritmo, y eso se nota al interactuar.
Si, además maneja mucho el humor, tiene un estilo muy personal, como naif, te puede decir las peores barbaridades y es imposible enojarse.
Acá en Uruguay a esos personajes les decimos “inimputables”
Bueno, acá también pero no quería ser tan legalista, pero la verdad es que tienen ese permiso de decir cualquier cosa…
Últimamente Alejandro y tú están solos.
Si, desde fines del año pasado se sabía que Gillespi no iba a continuar y Dorio se desvinculó un poco después, hace poco, y por eso estamos con una pata menos. Pero va a haber novedades. Va a venir como invitado Pablo Fabregas, un tipo del Stand-up. Y seguramente cada semana habrá algún otro invitado pero no hay nada en cuanto a una incorporación definitiva.
Recién me hablabas de la soledad de tu personaje, pero además en la improvisación a vos te cae el peso de ser el que propone, el que da inicio a la acción. Si Dolina no toma tu idea tenés que inventarte otro rumbo enseguida,¿Cómo lo manejás?
Me cuesta discernir el mecanismo de cómo funciona, un poco le veo la cara y adivino para dónde quiere ir. Y me equivoco, por supuesto. Es como un equipo de fútbol, que no sabes si el puntero va a picar o no y para dónde tirar la pelota. Pero una vez que los engranajes empiezan a andar y el movimiento se hace fluido, eso es genial. Uno a veces toma conciencia incluso mientras lo está haciendo. Es como un monstruo colectivo, un discurso que se va armando, en el mejor de los casos de a tres, y eso es un mecanismo que marcha solo, y cuando hay un ruido es una pena, un pequeño fracaso que tiene su revancha inmediata porque podés volver a comenzar. Y la verdad es que de a dos se hace más complicado porque tenés menos tiempo para pensar.
¿Cómo es eso?
Es que aunque parezca que el discurso se hace más cansino, o menos variado, en realidad la actuación es más rápida y si te das cuenta que tomaste por un camino que no era el mejor tenés menos tiempo para corregir el rumbo, y tenés que seguir avanzando.
Lo que tiene es que al ser dos, el segmento inicial y el humorístico se hacen muy similares
Sí, eso ha venido pasando porque en el segundo segmento desaparecieron las revistas. A mí me encantaba cuando esos artículos servían como pie para arrancar y los abandonábamos enseguida, aunque a veces eran muy condicionantes, ahí era donde se daba más la posibilidad de actuar -más con Gillespi- o de circunscribirnos al artículo que se daba más con Dorio. Pero ha ocurrido que las revistas esas han mejorado mucho, no tienen tanto desatino como antes, y alguna hasta tiene artículos interesantes. A falta de ese disparador como la fuente de inspiración en ambos casos, somos nosotros, quizá por eso se parezcan más.
Ojo que lo planteo como constatación, no me parece que sea ni bueno ni malo.
No es ni bueno ni malo, a veces tomo como punto de partida hechos que me ocurrieron pero distorsionados, a veces sin distorsionar, y otras no son cosas que hago. Mi papel es aportar el punto de vista sensato, y la verdad es que soy mucho menos sensato que lo que me toca actuar en ese momento
En el aspecto humorístico del programa hay códigos compartidos con la audiencia, como cuando alguien dice “¿Cuál?” y le contestan “Este”, pero hay algunos que son de resorte tuyo, como cuando Dolina dice “Chau”
Sí, son aspectos de los códigos del programa en el sentido de que el público se los apropia y ya los espera. A veces pasa que funciona y ya quedan, como cuando me hace la pregunta retórica “¿Ud. Sabe cuántas personas se atienden en el Pirovano?” y cuando le pregunto me dice que no sabe, que por eso me pregunta. Creo que justamente eso es lo que distingue a “La Venganza Será Terrible” de todos los otros programas de la radio acá en Argentina, y es que es un programa de autor. Sin Dolina no existe, yo podría hacer una “biblia” como se dice para hacer un formato y dársela a otra persona, pero no hay manera de repetirlo, la obra está pegada al autor, funciona solo con Dolina. Los demás podemos ir rotando, y el programa varía, por supuesto, pero siempre es el programa de Dolina.
¿Cómo cuando Pergolini se fue de CQC?
No, yo no creo que CQC sea un programa de autor, se hizo en muchos países y acá con y sin Pergolini, con mayor o menor éxito, pero se hacía. “La Venganza” se hace con la arcilla de Dolina y solamente esa, los demás no traemos la propia, trabajamos con la de Dolina, con nuestro imaginario, manos y voluntad de trabajo, pero al servicio del de Dolina. De otra manera, sería otro programa. Mejor o peor, pero otro.
Otro segmento típico del programa es el de los mensajes, ¿leen solamente los de Facebook ahora?
Sí, la verdad es que con las redes sociales se ha desvirtuado un poco el tema de los mensajes. Con el teléfono pasaba que siempre llamaban los mismos, ocupaban la línea y comentaban cosas incluso de otros programas, pero no necesariamente aportes. Se colgaban a hablar y no dejaban mensajes… Con el mail pasaba que había mucho spam, adjuntos, se saturó. Con Facebook se creó una línea más fluida.
Pero es imposible mandar un mensaje conceptual por Facebook…
Sí, quizás sea un poco excluyente eso y habría que volver a instalar el mail, sí… no estoy en la producción pero sí e mejor mientras más vías de comunicación haya. Lo que sucede en las redes, lo verás en “Venganzas del pasado”, es que se genera un diálogo entre los oyentes, no sé de qué hablan, a veces parece que odiaran el programa.
Sí, hay como líneas “ideológicas” del tipo “Andate Dorio” o “Cómo van a ser peronistas” y son militantes…
Sí, es muy argentino eso, no se si llamarlo ideológico, pero si se genera diálogo que se desborda a sí mismo, es una buena noticia para el programa.
Sí, claro pero los oyentes que de momento no nos queremos poner de novios con Uds. no tenemos medio para comunicarnos…
Te tomo el reclamo…
No es un reclamo, el programa es una dosis diaria de belleza y simplemente ese es un espacio que se perdió, pero el programa es genial de todas maneras con sus mareas.
Yo pienso lo mismo, y te lo digo sin ninguna soberbia, porque empecé con el programa con más de veinte años, y yo me quedé sin mi programa favorito de la radio. Hubo un momento de duelo como oyente por la pérdida de mi lugar… Por pasar a ser protagonista. Ahora como que ya me olvidé, pero casi que ni lo podría recuperar el lugar de oyente, quizás con mucho tiempo…
Rolón no lo recuperó nunca…
¿En serio? ¿Te lo contó?
En una entrevista que le hice, hace un tiempo.
Está muy sicoanalizado, es eso…
Ya que estamos, al inicio conviviste fuertemente con el fantasma de Gabriel
Eso me lo ha dicho la gente, pero yo no era muy consciente de eso. Antes de empezar sí, me sentía un paracaidista que venía a reemplazar a un tipo amado por los oyentes que ocupó catorce años esa silla. Pero se me fue apenas salí al aire la primera vez, que fue una prueba cerca de Navidad del 2007, con Rolon, y yo de invitado, y me sentí como pez en el agua. Luego me llamaron a fines de enero ya para trabajar en Radio 10. Pero la gente sí, me decía eso.
La gente te aceptó en seguida.
Sí, pero era un riesgo, entrar a un partido que ya empezó no es fácil, lo bueno es que era un partido que se iba ganando por goleada… Yo me sumo en un gran momento, en una radio que era líder, con mucha llegada.
Para terminar la entrevista, contame alguna anécdota.
Mirá, cosas que me ocurren con frecuencia, me preguntan a mí, “¿ése es Barton?”, y en la primera etapa en el programa, todos asumían que yo era psicólogo, como si Rolón no hubiera podido ser reemplazado por alguien que no lo fuera y generaba una gran decepción. Dos decepciones generaban mis respuestas. La primera es no soy psicólogo, y la segunda es que yo tampoco era Moreira. Yo decía, "pero si lo presento como Manuel Moreira, y el que canta es Manuel Moreira"… y me decían, “y el Sordo Gancé es el Sordo Gancé, así que Moreira bien puede ser Barton”. En este último viaje, un señor en Roma, cuando le dije que era Barton, me dijo “ah, ¿vos sos el hijo de Barton?”. Le dije que no, que era el hijo de un Sr. Barton pero que era el del programa, se ve que doy viejo por la radio…
Patricio, muchas gracias por tu tiempo, quedan preguntas para otra entrevista, pero de momento te pido que me cures el Complejo de Edipo o me cantes "Oración del Remanso"... Adiós, maestro!
Hasta pronto.
Bernardo Borkenztain
ENLACE AL PROGRAMA AZULUNALA CITADO POR BARTON