Montevideo PortalColumnistas
Así lo veo yo

Así lo veo yo

Columna de Ana Jerozolimski

Sobre el autor

Uruguaya, radicada en Jerusalem desde 1979. Redactora Responsable de "Semanario Hebreo".

Más columnistas

imagen del contenido Escribe Gerardo Sotelo
imagen del contenido Escribe Ana Jerozolimski
“Al ver las imágenes de Juan Guaidó regresando a su país (. . . ) lloré de emoción.
imagen del contenido Escribe Esteban Valenti
La diferencia en los indicadores de la violencia entre los barrios de la costa y del norte y el oeste de Montevideo corresponden prácticamente a dos países diferentes.
imagen del contenido Escribe Pablo Mieres

UN SACERDOTE URUGUAYO EN JERUSALEM

16.Sep.2017

El Padre Francisco Lezama en el centro de Jerusalem


El jueves en la Universidad Católica , en el marco de la Semana de Jerusalem organizada por la Embajada de Israel en Uruguay, el Padre Francisco Lezama, Director del liceo Maturana, salesiano, dictó una conferencia sobre historia antigua y arqueología de Jerusalem, bajo el título "Piedras, vasijas y monedas. Aportes desde la arqueología para la comprensión de la historia antigua de Jerusalén". Personalmente lamentamos no alcanzar a asistir, pero al día siguiente tuvimos una entrevista con el Rector de la UCU, Dr. Julio Fernández, quien elogió entusiastamente no sólo el contenido sino también la forma apasionante en la que Lezama fue hilando las etapas en la historia de Jerusalem hasta la destrucción del Segundo Templo judío, a través de algunos objetos arqueológicos.
Conociendo al Padre Lezama y sabiendo de sus profundos conocimientos sobre el tema, adquiridos tanto por su interés personal como por la realización de estudios de alto nivel en el Vaticano y en Jerusalem , además del hecho que conoce personalmente la ciudad, donde pasó unos meses hace pocos años, esos elogios no nos sorprendieron en absoluto.
Poco antes de la conferencia, conversamos con el Padre Lezama sobre el tema.

 

 

La verdad es que me da mucho gusto entrevistarte a ti sobre Jerusalem porque de allí viene nuestra amistad. Nos conocimos en Jerusalem y allí compartimos varias horas de conversación que siguieron por suerte en Montevideo en más de una oportunidad.¿Cómo resumirías tú, antes de entrar en detalles, lo que significó para ti conocer Jerusalem?

 

Es cierto, Ana, conversar contigo sobre Jerusalem evoca preciosos recuerdos... En lo personal, conocer esta ciudad significó cumplir con un anhelo que tenía en mí desde hacía mucho tiempo, pero que no sabía muy bien qué iba a implicar. Dos años después de esta experiencia, puedo decir que significó mucho para mí, como un crecimiento tanto en mi dimensión espiritual como en la cultural y humana: Es muy difícil de expresar todo lo que crecí estando allí, recorriendo sus calles y encontrándome con su gente.

 

Sabemos cuánta polémica envuelve todo lo que se relacionada la parte política cuando de Jerusalem se trata. Y también soy consciente de que hay sin duda dentro de la ciudad realidades que parece que nunca se unirán realmente. ¿Cómo ves tú el cincuentenario de la reunificación de Jerusalem que Israel celebra y que en Montevideo se destaca con la Semana de Jerusalem que promovió la Embajada de Israel, una de cuyas actividades es precisamente tu conferencia?

 

 

La conferencia que voy a llevar adelante tiene como título: "Piedras, vasijas y monedas. Aportes desde la arqueología para la comprensión de la historia de la Jerusalem antigua". Desde la perspectiva que me dieron los estudios históricos y arqueológicos que pude cursar en Jerusalem es que quiero contribuir a esta semana de Jerusalem. Pienso que los estudios arqueológicos, que han progresado notablemente en estos cincuenta años, puede dar pistas para reconocer la identidad de Jerusalem como ciudad de paz, como lugar de encuentro y de búsqueda. En estos momentos en que además algunos planteos tergiversan la historia para ponerla al servicio de reivindicaciones circunstanciales, es bueno, desde una perspectiva científica, poder abordar esta problemática.

 

Voy un paso más adelante y te pregunto si tú, como sacerdote, por lo que has aprendido en Jerusalem misma y no sólo allí, tienes claro lo que afirman numerosos arqueólogos-yo lo sé de entrevistas con arqueólogos israelíes, pero supongo que también lo saben otros-: que es indudable la milenaria y antiquísima presencia judía en Jerusalem.

 

Mi respuesta es que sí, pero no como sacerdote, porque no es una cuestión de fe. Son los estudios en los que he podido participar en los campos de la historia y de la arqueología, son las excavaciones, los documentos y los objetos que pude analizar personalmente y en compañía de muchos expertos los que demuestran este vínculo milenario. Hay diversidad de pruebas para ello: fuentes históricas propias (entre ellas, los escritos bíblicos), fuentes provenientes de otros pueblos, registros arqueológicos variadísimos, etc. Personalmente me genera mucho rechazo cualquier tipo de manipulación de la historia para intereses parciales, venga de quien venga, pero a veces se llega al ridículo con la negación de aspectos sobradamente demostrados en el ámbito de las ciencias históricas. La ciudad de Jerusalén antecede a la presencia judía, como ha demostrado el hallazgo de restos que se remontan a la época jebusea, pero desde el siglo X antes de Cristo y hasta la destrucción el Templo por parte de los romanos, e incluso después de este hecho, esta presencia y este vínculo están más que suficientemente documentados.

 

¿Hay una emoción universal, a tu criterio, más allá de la fe de cada uno, o necesariamente tú verás Jerusalem con una óptica católica y yo con una judía?

 

Pienso que difícilmente alguien podría permanecer indiferente ante Jerusalem... Pero no creo que sea posible una emoción "neutra", porque cada uno se encuentra con Jerusalem desde lo que es, con la historia que cada uno trae, con sus creencias, su cultura, su historia... Desde allí, creo que todos percibimos a Jerusalem como un lugar de diversidad, como un lugar de encuentro y pluralidad. Me encanta el salmo 87, que canta el amor de Dios por Jerusalem y lo hace desde esta perspectiva de la diversidad: "¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí. Se dirá de Sión: Uno por uno todos han nacido en ella". Mirá qué interesante: en la tradición católica llamamos a este salmo "Himno a Jerusalem, madre de todos los pueblos".

 


Qué lindo ejemplo de lo que une en Jerusalem.Nuestro primer encuentro fue en un café junto a la calle Iafo y ambos comentábamos sobre las escenas de la vida diaria que se daban al lado nuestro, la gente de diferentes credos y orígenes que se cruzaban y que probablemente sorprenderían a muchos de los críticos de Israel. ¿Cómo viviste tú esa Jerusalem terrenal?

 

Exactamente, la vida todos los días en la Jerusalem que yo conocí, como aquella mañana en calle Iafo, refleja esta diversidad, que deja de ser un concepto abstracto para estar reflejada en mil imágenes y vivencias cotidianas

 


¿Es posible hacer orden en el mosaico de Jerusalem?

 


Me encanta esa imagen que proponés. Creo que, como todos los mosaicos, el poder percibir la unidad tiene que ver con una cuestión de la perspectiva desde la que se la mira. Desde cualquier perspectiva excluyente, miope, segregacionista, Jerusalem no sería más que la superposición de culturas y realidades incompatibles. Pero desde una mirada integradora, con esperanza, y con una perspectiva humanista, Jerusalem está llamada a hacer un mosaico en el que resplandezca la belleza de la diversidad.

 


¿Qué es lo que más te gustó de Jerusalem?

 


Más allá de mi condición de cristiano y de religioso, mi presencia en Jerusalem tuvo que ver con mi proceso de estudios en historia y arqueología, por lo que esa perspectiva me marcó muchísimo. Con el acompañamiento de los docentes de la Escuela Bíblica y Arqueológica Francesa pude conocer facetas muy interesantes de la Ciudad y de toda la tierra de Israel. Comprender la historia, como te decía recién, ayuda a tomar dimensión de la complejidad de los procesos que se viven a lo largo de los siglos, y eso es realmente fascinante.

A una persona creyente, religiosa como tú, que conoce Jerusalem por las Sagradas Escrituras ¿decepciona en algún momento el conocer la Jerusalem terrenal?
¡Para nada! Justamente porque las Escrituras no se preocupan de idealizar a Jerusalem... Más allá de los textos poéticos, que tienen licencia para la exageración, en las historias bíblicas se pinta una ciudad más bien parecida a la que conocemos: diversa, ambigua, donde lo más sublime y divino se cruza con lo más mezquino y humano. Es un lugar donde la necesidad que tenemos los humanos de Dios y de su amor se percibe con una crudeza muy elocuente.

 


Jerusalem es visto para muchos como símbolo de conflicto y por otros como ciudad de la paz. ¿Has vivido tú ambas cosas en la ciudad?

 


En Jerusalem hay conflicto, es innegable. Comparar la dureza de esta realidad con otras (distintas) que se dan en diversas partes del mundo es complicado, pero también puede ayudar a no exagerar la importancia de estas realidades en Jerusalem. ¿No es una triste realidad de nuestras ciudades la fragmentación social? ¿ No explotan los sentimientos racistas y xenófobos en poblaciones de países donde no lo hubiéramos imaginado? Si bien el conflicto es una realidad, no puede ser la única perspectiva desde la que analicemos la realidad; ni esta ni ninguna otra. Prefiero ver el bosque que crece, aunque haga menos ruido que el árbol que cae.

 


Hermosa imagen. Estando en la Jerusalem que es capital del Estado judío , siendo tú cristiano ¿cómo te sentiste?
Me sentí en casa en Jerusalem, y como formando (al menos por un tiempo) ese hermoso mosaico de diversidad que es la ciudad.

 


Bien sabemos que formal y oficialmente, casi ningún país reconoce que Jerusalem es la capital de Israel, lo que me permito decir es una vergüenza a nivel mundial. En la práctica, todos saben que lo es. Es más; creo que aunque no lo reconozcan, en su fuero íntimo, tanto gobiernos extranjeros como figuras religiosas también de la Iglesia católica, saben que solamente bajo gobierno israelí ha habido y hay libertad de cultos en Jerusalem. ¿Te coloco en una situación incómoda si te pregunto si estás de acuerdo con mi presentación de los hechos?

 

 

No tengo problemas en decir lo que pienso. Con respecto a lo último, está claro y es evidente, como ya lo comentamos otras veces, que la actual libertad de cultos que se da en Jerusalem es una riqueza y un valor fundamental que Israel ha promovido, y que lamentablemente no es algo descontado y obvio en nuestro mundo. Con respecto a lo primero, entiendo que es un asunto delicado que es inseparable de toda la situación de conflicto que se vive con Palestina, y comprendo que por allí vengan las dificultades para los reconocimientos formales de lo que Jerusalem ha sido y es tanto para el Estado de Israel como para el pueblo judío a lo largo de su historia milenaria.

 


Recuerdo que fuimos juntos una vez al convento de las Hermanas de Sion en Ein Karem, un lugar con un jardín hermoso, en el que me contaste que las monjas hablan entre ellas en hebreo...Y en el lugar todos los carteles están en hebreo. ¿Hay alguna otra perla escondida que hayas conocido, que sirva para mostrar algo más de lo especial de Jerusalem?

 

 

Una experiencia similar a la que recordás la tuve las veces que visité la comunidad católica de lengua hebrea. Allí, en las celebraciones, me encontré una comunidad viva: recuerdo un joven que iba a misa con su uniforme del ejército israelí, niños hijos de filipinos nacidos en Israel y que hablaban hebreo como su idioma natural, extranjeros e israelíes con mil historias, celebrando la liturgia en hebreo, pero (siguiendo el estilo del país) también muy abiertos a quienes nos arrimábamos a la comunidad. Fue hermoso también ver a esta pequeña comunidad de lengua hebrea participando de la procesión del Domingo de Ramos junto a los cristianos árabes y a los miembros de las distintas colectividades extranjeras, cada uno cantando en su idioma y expresando la misma fe según su cultura.

 

Si te lee alguien que no conoce Jerusalem ,creerá que estás contando sobre una película de ciencia ficción. Para terminar...¿Qué deseas a Jerusalem?

 


Me vienen al corazón las palabras del Salmo 122, muy querido también en la tradición cristiana: sha'alu shalom yerushalaim, "deseen la paz a Jerusalén"... Sabiendo que la "shalom" bíblica no es simplemente la ausencia de violencia o conflicto, sino la plenitud de vida que viene de lo alto y que es, al mismo tiempo, una tarea cotidiana y paciente.

 


Muchas gracias.Que así sea.

 

Gracias a ti Ana.