Cartel en uno de los tantos bares de Madrid.
“Por favor, ¿me sirve un relaxing cup of café con leche?” .
Con esta frase, muchos españoles y personas del mundo se deleitan en las redes sociales y en cualquier bar de la ciudad española.
¿De qué hablo? De la caída de la candidatura de Madrid 2020 en los Juegos Olímpicos, pero por sobretodo, de la intervención de la alcaldesa, Ana Botella, quien pronunciaría esas palabras en inglés “relaxing cup of Café con Leche at Plaza Mayor”, mezclando el spanglish de manera ruda y brutal.
Ya nadie se pregunta por qué ganó Tokio y Madrid cayó en la primera ronda de votaciones en la decisión de la sede para los Juegos Olímpicos en el año 2020 que se realizó en Buenos Aires el pasado sábado. Lo que todos nos preguntamos es si realmente esa frase era una broma o ese discurso que se vio por las pantallas grandes instaladas en la Puerta de Alcalá fue real o no.
La intervención de la alcaldesa de Madrid no hizo más que asegurar a todo el mundo el bajo rendimiento en el idioma inglés existente en este país. Es que solo hay que escuchar un poco sus palabras para saber que nunca en su vida habló inglés y que con su acento, cualquier persona sin conocerla sabría que es española.
Entonces entra la duda de por qué forzar una situación y exponerse a quedar en ridículo cuando se representa un país si perfectamente podría haber hablado en su idioma si los votantes tenían traducción simultánea –además, ya había tenido una confusión días previos por no querer utilizar la traducción y terminó respondiendo sobre las infraestructuras en vez de hablar sobre el desempleo pregunta que le hacia un periodista inglés-
Y parece que es allí donde esta la respuesta: la mayoría de los políticos se olvidan que representan a una ciudad y a un país y que su actitud debe estar acorde a las circunstancias, sobretodo, si se viaja al extranjero como parte de una delegación.
Esto me trae a acotación la imagen que se tiene de Uruguay y del presidente de Uruguay. La mayoría de las personas que descubren que soy uruguaya hacen referencia a haber leído algo sobre el presidente y sobre lo “simpático” que cae y lo inteligente que parece. A mi este hecho no deja de sorprenderme. No porque crea que haya una mala gestión o porque José Mujica no sea un buen presidente, lejos estoy yo de poder tener una respuesta crítica sobre estos temas viviéndolos desde el exterior, pero si pienso en la imagen de este señor hace unos cuantos años atrás previo a presentar su candidatura política y esta más que probado que el “marketing político” existe y que gracias a esos cambio en su imagen y discursos los resultados fueron los esperados: identificación con un personaje tanto a nivel nacional como internacional. ¿Hubiera sido presidente Mujica si no se le hubiera cambiado su forma de vestir, algunas de sus costumbres e intentar que su imagen pública este más acorde a la de un presidente siempre dotándolo de sus particulares y excentricidades? Tengo mis dudas.
Lo que queda claro es que ninguna situación se puede forzar, y así como no se le puede forzar a Mujica a ser un presidente como todos los demás, tampoco se puede forzar a Ana Botella a hablar inglés cuando nunca en su vida lo ha hecho y mucho menos a hacer que muestre una cercanía y una simpatía implementando una frase que más que simpática la hizo quedar como una tonta delante de todo el mundo. De lo que no se podrá quejar, es de que ha generado una frase para toda la historia de España.
Por cierto… si vienen a Madrid, lo mejor en Plaza Mayor no es el “relaxing café con leche” sino un bocata de calamares, lo más típico en todos los restaurantes de esta zona, algo que se ve que la alcaldesa de Madrid no ha probado en su vida.
Posdata: Este es el video del discurso
http://www.youtube.com/watch?v=SluVUMq0Q4g