Consuelo Pérez

Consuelo Pérez


Demagogia des Comunal

18.Dic.2013

Es un tema recurrente opinar con relación al éxito que la Comuna de Montevideo ha tenido en las áreas que le competen a su gestión, pues el fracaso ha sido el elemento preponderante, pero a pesar del diagnóstico compartido casi por unanimidad, surgen arremetidas incomprensibles para intentar revertirlo.

En efecto, sin necesidad de reiterar los contundentes datos de desaprobación que la Intendencia de Montevideo en la persona de su Intendenta ostenta, y que son publicados en diversos medios de comunicación, llama la atención la actitud de las autoridades de la Comuna , que lejos de analizar y/o explicar al ciudadano los motivos del desfasaje entre promesas — expectativas- y la realidad devastadora plasmada en números y opiniones de ciudadanos, arremeten con una exhaustiva (¿?) descripción de los logros obtenidos.

Decimos esto, porque llegó a nuestras manos una publicación, denominada “Montevideo Rinde cuentas”, donde en doce páginas a todo color, se intenta ilustrar al ciudadano de Montevideo de la “magnífica” actuación de la IM, con las sonrisas de la intendenta Ana Olivera incluidas, que en las fotos son espléndidas, pero que la realidad que constatamos a diario nos hacen interpretarlas como burlescas.

Ciertamente, la realidad se palpa en la calle, en las vivencias cotidianas de la ciudad que cada montevideano tiene, y los que a diario recorremos palmo a palmo de ella, tenemos la autoridad moral para trasmitir lo que los ciudadanos -y no hablamos de partidos — necesitan. Esto es así, y lo decimos con autoridad. Las necesidades trascienden cualquier ideología, y nadie puede discrepar en que hoy el panorama de la ciudad, en lo que respecta a la atención al ciudadano, es, por lo menos, caótica. Es por eso que las doce páginas de información irrelevante impresa a todo color —quizá usted haya tenido la valentía de leerlas — es un cachetazo a la inteligencia y al sentido común de cualquier ciudadano racional.

Quizá a usted le interese saber que la IM incorporó “una pala retroexcavadora sobre orugas y cinco camiones de caja abierta cabina doble” (entre otras cosas), quizá le interesen las actividades de la Orquesta Filarmónica, de pronto le fascina que le digan que “Tu municipio es tan disfrutable como tú lo quieras” aunque nadie se presente para integrarlos, y hasta se sienta emocionado por la recuperación del Mercado Agrícola, porque a nosotros también nos motiva y enternece el acontecimiento.

Ahora, que no se hable del desastre del Corredor Garzón, que no se mencione la ausencia de la “transparencia” prometida, que la basura sobrepase los niveles de tolerancia, que el tránsito sea un caos y que a los pozos no los veamos porque la iluminación no existe, es algo muy inquietante, si de mejorar la gestión hablamos, y en el documento no se mencionan. Es inaudito que se aluda a los realojos de asentamientos como un logro, cuando se ha constatado que han sido un ejemplo de autoritarismo despótico, en el que la opinión de los vecinos fue acallada en la Junta Departamental, incluso con la presencia de la policía. El vecino fue ignorado, prepoteado y avasallado, según los mismos damnificados manifiestan.

El gobierno municipal nunca dio explicaciones a los ciudadanos en la Junta Departamental, ámbito democrático ideado a tales efectos de su accionar en este asunto, como en muchos otros.¿Se acuerdan de Bengoa? Los brazos enyesados primaron ante la solicitud ciudadana de explicaciones enmarcadas en la convivencia democrática, aspecto que también manda y es común en el Parlamento. Por supuesto, la Justicia algún día se expide, pero los ciudadanos esperamos las razones de nuestros elegidos, porque los ciudadanos tenemos derecho a saber, de boca de nuestros representantes, que es lo que está pasando!!. Y ahora nos encontramos con pasquines propagandísticos que atentan contra la real necesidad de revertir la situación, como lo es el lamentable panfleto impreso y distribuido por la IM.

No admitir los errores es sinónimo de soberbia. No plantear opciones es sinónimo de incapacidad. Describir logros inexistentes atenta contra la inteligencia del ciudadano.

Insistir en el supuesto éxito de una gestión paupérrima es incomprensible, y además, nos ofende.

A todos.