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Espacio de opinión del Partido Socialista


Una historia de tensiones

26.Jun.2014

Como tantas otras veces, reclamos, reuniones de las organizaciones representativas de los ganaderos y otras expresiones están en ebullición por la misma causa, el precio del ganado. Lo particular de esta situación, en el banquillo de los acusados, hecho excepcional, no está el gobierno, incómodamente sentados están las empresas de la industria frigorífica.

Hay una tendencia divergente de los precios internacionales y los precios del ganado, particularmente en la categoría carnes. La faena vacuna se redujo 12% en enero - abril del 2014 respecto a igual período de 2013. Esto que en algunos análisis se atribuye directamente a la conducta de los frigoríficos, debe relativizarse por el retraso en la entrega de ganado explicada por la gran disponibilidad de pastos y a la lógica espera de los productores por mejores precios.

Se estima que en ese breve lapso el aumento del margen de la industria ha sido importante, no es válido ni aceptado que ese comportamiento pueda explicarse que ha sido realizado para enfrentar ajustes salariales.

La industria en nuestro país está sobredimensionada, lo hemos comentado y manifestado en muchas oportunidades. El proceso de establecimiento de la industrialización de la carne en Uruguay tiene más de un siglo de historia, el primer frigorífico se instala en 1902 "La Frigorífica Uruguaya", comienza a exportar en 1905 y en 1911 esta empresa de capitales nacionales se vende a la firma "Sansisena", capitales anglo-argentinos. En 1912 - 1925 se desarrolló la industria frigorífica concentrada su propiedad en tres grandes empresas extranjeras (Swift, Armour y Anglo). Atendiendo la demanda de una industria que no perjudicara a los ganaderos se funda en 1928 el estatal Frigorífico Nacional. En el período de 1958 - 1962 ocurre la decadencia de industria tradicional comienzan nuevas empresas nacionales y aumenta el número de procesadores de ganado es un periodo de gran inestabilidad. La década del 70 estuvo marcada por momentos de crisis del sector, el gobierno de la dictadura fija los precios del ganado para asegurar la recapitalización de la industria, en agosto de 1978 (Ley 14.810) se cierra el Frigorífico Nacional ineficiente y sin cumplir con los cometidos por el cual creado. Es un periodo de amplia competencia, de inestabilidad en las empresas con cierres, reaperturas, cambios de firma aparentes y periódicos problemas de cobro de los ganaderos por sus reses vendidas. Desde fines de los ochenta comienza una mayor estabilidad de las empresas industriales, en los últimos diez años proceso de concentración en la propiedad de las plantas y nuevamente aparece la extranjerización en la propiedad de la industria.

La concentración en la venta o la compra no es de por si un dato relevante sobre las condiciones de competencia y menos en el caso de la industria frigorífica en la que el nivel de concentración por empresa no es mayor que en otras incluso agroindustrias de malteo, lácteos, arroz y fertilizantes. Lo importante de una industria concentrada respecto al mercado es que facilita la colusión, los acuerdos entre empresas sin los cuales la competencia puede ser aceptable.

La actividad ganadera sigue hoy un periodo de resultados al mayor nivel de su historia, una buena disponibilidad de ganado para faena, alto nivel de pariciones en el ejercicio.

El desencuentro está en la distribución entre los ganaderos y los industriales; en la evolución divergente de precios de venta y de compra de la industria (hay otros como el de las balanzas cuya historia aún no ha llegado a su fin) pese al sofisticado método de acopio y difusión de la información que con el gobierno frenteamplista ha desarrollado el INAC.

La industria aduce que con los márgenes previos tenía problemas de rentabilidad.

Los ganaderos expresan quejas por la situación y se limitan a proponer la apertura a las exportaciones de ganado en pie. No tienen alternativas dada la visión no intervencionista y en la que no ven interés para desarrollar negocios industriales.

Observadores y expertos sostienen que desde hace años un grupo de empresas importante se reúne y periódicamente acuerda medidas para contener o rebajar los precios del ganado, básicamente administrando la cantidad de ganado comprado y eventualmente la categoría. También tengamos presente que la gremial de intermediarios de negocios ganaderos se reúne periódicamente fijando valores de comercialización para las diferentes categorías ganaderas.

En el caso del mercado de ganado vacuno han habido variados estudios, uno en particular encomendado por la Comisión de Defensa y Promoción de la Competencia, dependencia de la Dirección de Comercio del MEF. Desde diferentes perspectivas los estudios analizan el tema y, si bien advierten sobre indicios de una conducta depredatoria de la industria en el mercado de ganado, consideran que no hay suficientes elementos probatorios y sugieren nuevas investigaciones, propuesta aceptada por la Comisión en el año 2010. La conclusión general del trabajo citado es que: "no se pudo confirmar o descartar la presencia de poder de mercado a través de la formación de precios en el sector. Sin embargo, sí pudo establecerse que no existe una transmisión perfecta de precios entre los productores y la industria del sector. Esto, sumado a un leve aumento de la concentración y los cambios estructurales que ha experimentado el sector indican la necesidad de continuar con el análisis del comportamiento de los actores."

Qué decimos? La historia continuará! Sí tenemos claro que es sólo a través de las políticas públicas que podemos lograr corregir asimetrías, por lo que conocemos a ello el gobierno está dispuesto, quienes deben aceptar y respaldar las mismas son los actores de la producción, donde todavía no hay consenso claro. Nuevas herramientas normativas con roles para que el Estado sea realmente armonizador de la producción, que propicie estímulos, que fomente el desarrollo e integración de las cadenas de valor, que provea de mecanismos claros de acción para corregir los desfasajes en la captación de renta, y tantas otras acciones que consoliden la producción de carne que es la base de nuestra generación de riqueza y agregado de valor.

En mi caso personal, así como creo que es una enorme injusticia la suspensión que FIFA ha dictaminado a Luis Suarez, sustentada en intereses de quienes quieren sacar a Uruguay del camino a la final de la Copa del Mundo; entiendo particularmente, que es de enorme perjuicio para el país y su gente la exportación de ganado en pie, que sólo favorece a unos pocos que acceden a ese mercado, postergando el interés de la mayoría que queda con la "ñata contra el vidrio".