Quizás les resulte insistente, la culpa es de la convicción. Estoy seguro de la importancia de la cultura. Un país culto es libre, interesante y, de a ratos, feliz. Si la economía está al servicio de la cultura todo funciona mejor. Si el pueblo se empodera de su cultura y su educación nadie puede engañarlos, por eso nos mantienen alejados de los más altos, complejos y hermosos fenómenos artísticos. Los gobiernos del mundo prefieren que vayamos a perder dos horas en ver una película que nos desdibuje como grupo. El entretenimiento vacío, los grupos de música comercial, la televisión de porquería, el ruido, el consumo, la ignorancia, la violencia, todo va de la mano. Incluso nos quieren convencer que hay que elegir entre divertido y culto. Como si lo aburrido fuera sinónimo de complejo. Como si sólo las élites merecieran la belleza.
También nos intentan confundir entre pureza, raíz, mezcla, híbridos, originalidad, riesgo. Son palabras que han sido manipuladas para que el miedo nos condicione en cada paso vital.
Pero cada tanto tiempo personas, que en general suelen ser artistas, se arriesgan y llenos de dudas, mezclan cosas que a muchos les parecían incompatibles.
Es el caso de Enrique Morente (Granada, 25 de diciembre de 1942, 13 de diciembre de 2010). Este "cantaor" de flamenco entendía el arte como riesgo, mezcla y búsqueda. Y por eso su valor, lo llevó a crear "Omega". En 1996 (y reeditado en 2008) este disco impresionante, mezcla la increíble voz de Morente con el grupo (post grunge- punk- rock alternativo) "Lagartija Nick", adaptando temas de Leonard Cohen y letras de Federico García Lorca.
Leyeron bien: Cohen (que algunos giles dicen que está muerto, ¿pueden creer?), García Lorca (Borges lo consideraba un poeta menor, pero todos admiramos a esa estrella de rock de la literatura, un dramaturgo genial), en la voz de un "cantaor", con un grupo punk. Y olé.
Lo cierto es que Cohen ya había cantado a Lorca, y Morente ya había hecho rock (no tenía miedo de combinar su "flamenco puro" con bandas como "Los planetas" o "Sr. Chinarro"). La historia del arte está llena de estos saltos y mezclas. Lo loco no es esto, lo loco es que no las conozcamos en todo el mundo.
El baterista de "Lagartija Nick" contaría al tiempo: "Había más presiones en el entorno del rock que de ningún otro. De hecho en el rock había más fundamentalismo que en el flamenco".
Omega fue rechazado por majors como Sony y Universal, aun siendo la gran apuesta de todo un Premio Nacional de Música como Morente. Tuvo que salir publicado en un sello menor como El Europeo Música.
Así, contra todos y a pesar de todos, nació el disco que, junto a "La leyenda del tiempo" de Camarón, más revolucionó el mundo del flamenco, redefiniendo las fronteras de esa música popular española.
Por suerte, otros artistas no quieren olvidar. Se acaba de estrenar un documental maravilloso que cuenta todo el proceso, increíble y lleno de dudas, que dio vida a "Omega". "Hay que molestar un poquillo, si no, siempre somos molestados", decía Enrique Morente. Era consciente del riesgo: "Vamos a tirar p'adelante que estamos vivos de milagro".
José Sánchez-Montes y Gervasio Iglesias, guionista y productor respectivamente del film, además de directores a cuatro manos, dejan ver su admiración hacia los creadores del disco.
El cine logra contarnos, explicarnos y emocionarnos. El premio al valor. La maravilla del riesgo. La pureza del arte. El documental sobre "Omega", es un testimonio increíble, una excusa para volver a escuchar esa obra. Junto con "Searching for a Sugar Man" (cuenta la historia de Sixto Rodríguez pero es una impresionante reflexión sobre la fama) y "20.000 días en la Tierra" (no es sólo la vida de Nick Cave sino una viaje a la creación musical) son tres películas imperdibles. Si yo fuera ministro de educación será obligatorio verlas en los liceos, en lugar de esas cosas inútiles como matemáticas o trigonometría.
Estoy convencido que Omega es una forma de inicio, una manera de cambio, una revolución (palabra fantástica y manoseada por los más reaccionarios).
Los conservadores, los que quieren que todo siga igual para su conveniencia se ven atacados por los movimientos que cuestionan lo establecido. Miren por ejemplo al machismo: ahora intentan ocultar su violencia (ya no pueden negar los feminicidios), pero todavía creen poder confundir hablando de violencia de mujeres sobre hombres., cuando son -estadísticamente- los mismos casos que de cáncer de mama masculino, (pero no les indigna que toda la campaña este dirigida a las mujeres). Negar, confundir, restar importancia, no hace desaparecer la tragedia. Por eso hay que denunciar cualquier forma de maltrato a la mujer y ante eso el machismo, ese modelo que tenemos metido hace siglos en la cultura, trabajará día y noche para perpetuar el modelo dominante.
Pero la próxima revolución está en marcha y necesita una banda sonora valiente. Merecemos escuchar música así. Ya lo decía en los 90 Estrella Morente: "Papá, este disco tendrías que sacarlo dentro de 20 años. Quizás entonces la gente lo entienda". A ver si es verdad.