Por Redacción In situ.
A veces inspirada en formas geométricas, otras veces en elefantes, Cora Groppo se atreve a diseñar indumentaria reformulando la moldería tradicional. Junto a la socióloga Susana Saulquin, dieron un seminario de actualización profesional en modas, organizado por la cátedra Punta Carretas Shopping de teorías y tendencias de la moda. Repasaron la trayectoria de la marca y destacaron la importancia de encontrar la identidad del diseño.
"Cora forma parte de lo que llamo la Generación Dorada de la Universidad de Buenos Aires", comenzó diciendo Susana Saulquin en la apertura del octavo Seminario de actualización profesional en modas, titulado Diseño, tendencias y nuevos paradigmas en el negocio de la moda. "Es una de mis diseñadoras preferidas", continuó. "Lo interesante de Cora es que ha logrado hacer una búsqueda muy interesante hasta encontrar su propia identidad, que es muy marcada y muy diferente al resto".
Saulquin contó que en la década del 90, en Argentina, una vez recibidos, los diseñadores "no tenían la opción de trabajar, mucho menos de exportar, había condiciones muy nefastas desde el punto de vista económico". En ese contexto, Cora Groppo aprovechó para presentarse a decenas de concursos e ir definiendo su identidad. "Lo que realmente identifica a Cora es haber trabajado con una deconstrucción de la moldería tradicional. La deconstruyó y la volvió a armar para lograr unas líneas diferentes, absolutamente diferentes".
Groppo explicó que ella trabaja mediante "el proceso inverso" que hace cualquier diseñador: va del trabajo 3D a la moldería tradicional -y necesaria, "porque la ropa hay que cortarla"-. "Dentro de los diseñadores argentinos creo que hay una gran mayoría que se dedicaron a lo morfológico, porque es algo que uno lo puede hacer solo: agarra un papelito, un lapicito y se pone a hacer, y no se necesita de una gran estructura", explicó. "Para ser un diseñador con procesos más vinculados a la industria, se necesita la industria".
El nacimiento de un estilo
La marca coragroppo surgió en 1996. Luego de recibirse, la argentina se dedicó a hacer ropa a medida, pero algo le aburría. "Me dije 'tengo que hacer algo diferente' y empecé a romper el modelo". En ese momento coincide con el Buenos Aires Fashion Week: "fue una plataforma súper interesante para terminar de formar a los diseñadores, fue una gran escuela y una gran plataforma para que todos nos pudiéramos desarrollar".
En el 2003 se asoció con su marido buscando darle un perfil más comercial a la marca, ya que hasta ese momento "era algo muy lúdico". Su esposo planteó como objetivo "mirar para afuera, exportar" y entonces decidieron ir al London Fashion Week, al mismo tiempo que abrieron su primera tienda en Palermo.
Seis años más tarde desembarcaron en Europa. "Una italiana que estaba como muy enamorada de la marca, como muy conmovida, hacía muchos años que se vestía y, junto a su pareja, nos ofrecieron si podían hacer nuestra distribución en Europa y les doblamos la apuesta: le dijimos que queríamos que abrieran una tienda en Roma", contó Groppo. "El mercado italiano es súper interesante. Es muy dinámico el proceso de distribución porque en algunos mercados uno logra permanecer, nosotros permanecimos mucho en el mercado italiano, en otros es como muy difícil lograr continuidad. Los mercados latinoamericanos son difíciles, creo que hoy están en crecimiento; uno tiene que venir como a colonizar y puede ser más cansador". Hoy en día, coragroppo se comercializa en Italia, China, Rusia, Líbano, Arabia Saudita, Egipto, México, Chile y Bolivia.
Ir a fondo y animarse
En el Seminario de actualización profesional en modas que brindó en la Universidad ORT Uruguay -organizado por la cátedra Punta Carretas Shopping de teorías y tendencias de la moda-, Cora Groppo dijo que la presentación que hizo le sirvió para notar "que no hay nada mágico, que solamente trabajando y siendo constante, se logra dar forma a los proyectos".
La diseñadora listó algunas palabras y algunos conceptos que ella cree que hacen al estilo. "Continuidad: uno no nace con un estilo, sino que lo construye, me parece que el estilo se genera cuando uno se empieza a conocer. Repetición: agarrar algunas cosas que a uno le salen bien y repetirlas, trabajarlas. Adueñarse de algo preexistente: en un momento empecé a trabajar con cordones y llenaba todo de cordones. En otro momento le puse resortes a la ropa; después una lo descarta, porque la ropa hay que lavarla, plancharla... pero a mí me pareció genial. Cuando uno hace algo, ir a fondo. Empezar a armar un concepto, empezar a hacerse consciente de lo que uno hace y empezar a defenderlo: 'esto hago, pero esto no'. Elegir: a veces me pasa que me vienen a mostrar telas y digo 'bueno, gracias; eso no hago', tuve que aprender a decir que no. Hay que descubrir qué es lo que a uno lo conmueve. Y también, la coherencia, la fidelidad, la obsesión y, por último, las tendencias, porque uno no vive aislado, entonces es necesario incorporar las tendencias, hay que poder leer qué es lo que la gente va a desear".
En ese sentido, pidió no subestimar al cliente. "Hay diseñadores que dicen, 'no, la gente no me entiende, no entiende mi ropa'. La gente entiende todo, está informada y puede elegirnos o no, pero entiende".
De todos esos conceptos, surgieron colecciones como Vertebrada, Geométrica yPaquidérmica. "Intento trascender lo fotográfico: estamos muy acostumbrados a lo visual y yo intento meterme en cada mundo". Por ejemplo, con Paquidérmica dedicó muchas horas a leer sobre elefantes. "Una cosa que hago mucho es dibujar el registro: si estoy con los elefantes, dibujo elefantes, no dibujo ropa, sino los animales porque ahí una puede entender mucho más acerca del elefante, con solo mirarlo, uno se pierde en el registro, entonces cuando uno lo empieza a dibujar, primero aparecen elefantes nuevos, aparecen como imágenes que uno empieza inventar y, recién después, bajarlo a la ropa".
Cora Groppo aconsejó que "para que salgan las ideas, hay que hacer". "A mí, por lo menos, dibujando no me sale nada. El hacer es de diseñador".