Fotografía:Mait Jüriado
La semana pasada, fue una semana de fiesta en todo el mundo. Llamada con distintos nombres según el lugar en el que uno se encuentre, siempre me llamó la atención que en Uruguay le apodaramos “Semana de Turismo”, haciendo énfasis en las vacaciones y en los viajes que la mayoría de la población realiza con esos días libres.
Por aquí, en España, hablar de “Semana Santa”, es hablar de procesiones.
En un país dónde el 75% dice ser católico, no es de extrañar que estas fechas se vivan de manera tan especial. Y es que las procesiones son impresionantes, y toda una gran experiencia para los turistas que no tienen en su país una festividad como esta porque no se le presta tanta atención al catolicismo en su país.
Tan grande es este festejo, que el periódico The New York Times, publicó un artículo central hablando de los gastos y lo factuoso que son las fiestas por estos lados.
Andalucía, es la comunidad por excelencia dónde se realizan mayores rituales por esas fechas, teniendo como foco principal la provincia de Sevilla. Conocida por tener a su admirada Macarena, no es raro ver cerca de 60.000 mil nazarenos por la calle cargando la virgen. Dicen que durante la Semana Santa en Sevilla hay que ir con mucho cuidado por la calle, porque te puedes resbalar de toda la cera que cae de las velas y queda impregnada en el suelo por días y días.
Otros dos sitios donde se viven celebraciones particulares son en Cataluña con la Danza de la Muerte de Verges, donde las personas salen a la calle vestidas con máscaras y trajes de esqueletos o en Esparreguera que se realiza la “Pasión viviente” junto a todos los vecinos de la localidad.
Más allá de lo singular de las celebraciones de los distintos pueblos, sería interesante analizar, como marca el New York Times, la cantidad de dinero que se gasta en cada una de estas celebraciones, que contrasta demasiado con la situación actual que se vive en España. Quizás, no sea culpa de esta celebración, sino de los privilegios generales que tiene la Iglesia en este país y que quedan plasmado por estas fechas. Ver una virgen llena de oro en un pueblo donde más de la mitad de la población esta desempleada, da para pensar y mucho…
Erika.