Siria tiene el mayor arsenal de armas químicas de Oriente Medio y uno de los más grandes del mundo.Y ahora, lo está usando.
Las informaciones provenientes desde Siria por varios canales parecen ya no dejar a nadie con dudas acerca del uso que el régimen del Presidente Bashar el-Assad habría hecho de armas químicas contra los rebeldes.
Israel fue el primero en confirmarlo, de boca de uno de sus más altos oficiales del Servicio de Inteligencia. Estados Unidos reaccionó dudando primero de ello y comentando luego el propio Secretario de Defensa Chuck Hagel que al parecer Assad atacó en efecto a sus opositores con gas sarín. Y este viernes fue el Primer Ministro británico David Cameron quien no sólo dijo que todo indica que es cierto sino que aclaró que ello constituye “un crimen de guerra” ante el cual Occidente debe reaccionar, aunque dio a entender claramente que al cruzar Siria la “línea roja”, no es probable que se reaccione militarmente sino intensificando presión con “otro tipo de medidas”.
Cabe recordar que en el mes de agosto, el Presidente Barack Obama declaró que el uso de armas químicas en Siria sería algo que cambiaría sus cálculos, dando a entender que lo llevaría a actuar. “Eso cambiaría la ecuación”, comentó en su momento. Ayer, el vice Canciller israelí Zeev Elkin declaró que si Estados Unidos no cumple con lo proclamado meses atrás respecto a las “líneas rojas” a Siria que Assad no debía cruzar, ello enviará un mensaje negativo a Irán respecto a su margen de acción.”Si no se actúa contra Siria, Irán entenderá que puede seguir adelante con su plan nuclear”, aclaró.
Pero ahora –y muy especialmente después de las declaraciones formuladas por David Cameron en Londres- no parecería que el hecho que Assad haya cruzado la “línea roja” que Obama le había puesto, se traduzca de inmediato en un operativo militar. La opción que parece hoy más clara es la organización de una mayor ayuda práctica a la oposición siria.
Cuando estalló la insurgencia contra Assad hace ya más de dos años, convirtiéndose en poco tiempo en una guerra civil sin límites-que hasta ahora ha cobrado la vida de 80.000 personas- uno de los primeros puntos que destacó Israel fue el peligro de las armas químicas. Se sabe que en manos de Assad obra desde hace años un gran arsenal químico y a ojos de Israel, un peligro palpable era que dichas armas caigan en manos de elementos terroristas, sean los pro-iraníes de Hezbola en Líbano que ayudan a Assad e intentan impedir su caída, o los rebeldes fundamentalistas pro-Al Qaida que se le oponen.
La confirmación que el 19 de abril, en Aleppo, y en otros casos similares, se habrían registrado víctimas de armas químicas, encendió varias luces rojas en Israel que por su propio sofisticado servicio de Inteligencia, llegó evidentemente a conclusiones tajantes.
Y la semana pasada, en la conferencia anual del prestigioso Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv-al día siguiente de finalizar la visita oficial a Israel del Secretario de Defensa norteamericano Hagel- , uno de los más altos oficiales del Servicio de Inteligencia israelí lanzó la “bomba”. El Brigadier General Itai Brun, Jefe de la División de Investigación en el Servicio de Inteligencia, fue directo: “Está bastante claro que han usado armas químicas dañinas”. Agregó que se han recabado “distintas señales” al respecto, como fotos de víctimas “con espuma en la boca”. Brun aclaró que no se refiere únicamente al caso del 19 de abril del que mucho se ha escrito últimamente sino a un uso “continuo” de las armas en cuestión.
Según Brun, el régimen sirio tiene un “arsenal gigantesco” de más de mil toneladas de sustancias químicas.
Los componentes principales del arsenal químico sirio son el gas sarín (conocido en lenguaje militar como GB) y el VX , otro agente nervioso que es más persistente que el primero.El sarín es al parecer la pieza principal del arsenal químico.
En cuanto a los medios por los cuales los puede hacer llegar a destino: tiene bombas que pueden ser lanzadas desde aviones y piezas de artillería y cohetes que pueden servir para lanzarlos, pero el elemento más estratégico son cabezales para misiles Scud B y C que pueden ser cargados como armas y pueden portar el gas sarín y el VX hasta una distancia de aproximadamente 500 kilómetros. Eso por supuesto que supone una amenaza no sólo para los rebeldes de la oposición también para vecinos de Siria como Israel, Turquía, Jordania.
El problema al respecto es doble: la amenaza interna (el uso de las armas dentro de Siria) y la eventualidad de que las sustancias químicas caigan en manos de la oposición y que en medio del caos en el país, también lleguen a elementos como Al Qaeda o Hezbolá pueden tomar control de estas armas y usarlas en diferentes situaciones, sea contra Israel o en atentados terroristas en diferentes partes del mundo.