Montevideo PortalColumnistas

Sobre el autor

Joaquín DHoldan: Escritor y Dramaturgo de la Villa del Cerro radicado en Sevilla.

Twitter: @joadoldan

Más columnistas

imagen del contenido Escribe Gerardo Sotelo
Suponer que sacando las armas se pacifica el país es como suponer que prohibiendo las drogas se evita las adicciones
imagen del contenido Escribe Ana Jerozolimski
Futuro de Netanyahu preocupa a quienes lo apoyan y a sus detractores.
imagen del contenido Escribe Esteban Valenti
Como la realidad no es abstracta, sino concreta, vuelvo a un lugar que pinta la situación de zonas enteras de la capital y el país.
imagen del contenido Escribe Pablo Mieres

Paula Valls

19.Jun.2018

Después de un primer EP, Black and White, grabado cuando solo tenía 16 años, la joven música catalana Paula Valls (Manlleu, 1999) lanza su primer largo, I am (Satélite K), un disco sólido y emocional, de composición propia. Ahora tiene 19 años y la prodigiosa voz y el arte de una diva del soul y el R&B. Entre sus influencias hay todo tipo de música negra y nombres como Solomon Burke, Amy Winehouse o Norah Jones.

En 1985 Charles Bukowski dio una serie de entrevistas grabadas y, entre muchas cosas interesantes dijo algo así: "Las chicas que vienen a verme, los admiradores, ustedes con esa cámara... Todo ha llegado tarde." Cada vez que lo veo reflexiono sobre la juventud. Un grupo especialmente despreciado por nuestra cultura, quizás porque se cree que no consumen y todavía no producen, se les estigmatiza asignándoles "el futuro". Decir que ellos son el futuro los posterga. Por eso admiro a Paula Valls, es la música de hoy, de mañana. Llego a tiempo, temprano, y causa estupor porque parece que no estamos preparados. No es una gran artista para lo joven que es. Es una gran artista. Si para algo sirve su juventud es para hacernos reflexionar sobre como gestionamos la nuestra, y peor aún, sobre como obligamos a nuestros jóvenes a vivir la suya. Porque parece que somos especialistas en juzgar jóvenes, darles consejos, alumbrar el camino que nosotros vemos oscuro. Oigo cada tanto algún padre diciendo: "Yo siempre le digo a mi hijo que hay que estudiar para tener un futuro, que el trabajo dignifica, que el esfuerzo y el sacrificio siempre tienen recompensa". Esa persona, además de no haber leído a Bukowski, generaliza en un "siempre" una serie de dogmas relativos, hijos de una cultura que trabaja la culpa y necesita seres encasillados en sus propios fracasos. Les parece peligroso decirles la verdad. Uno puede estudiar y no tener luego trabajo digno de aquello que estudió, a veces el trabajo esclaviza y rara vez la rutina es soportable, y muchas veces los sacrificios no tiene recompensa alguna, por eso se llaman sacrificios.
Tenemos que detener el destrato al que se somete a la juventud. Se les miente. Una de las más comunes tiene que ver con el desarrollo de disciplinas artísticas, con la gestión de sus días, con los apuntes sobre sus emociones. Señores que se criaron sin internet les dicen "para tener un futuro hay que estudiar inglés, ser banquero es un trabajo estable, viajar da cultura (yo estuve dos horas mirando la capilla Sixtina)", y otra serie de percepciones que (ciertas o no) cambian de generación en generación. Quizás donde más se expresa nuestra manipulación es en las muy mencionado "Informe Pisa". Un instrumento inventado por "el club de los países ricos" que busca (según ellos) "el crecimiento económico" y que evaluando a los 15 años, lectura, matemática y ciencia, les dice a los países donde están en su ranking. No sé cómo pero esto se utiliza para señalar a los adolescentes. "Estamos muy abajo según las pruebas PISA, así no vamos a ningún lado". Estamos en el puesto 46 en lectura pero supongo que podemos decir que esas pruebas sirven para muy poco. No miden capacidades, potenciales, gustos, habilidades, sentimientos, ni cultura. Los fenómenos que las inventaron e insisten en aplicarlas consideran que nada de eso tiene que ver con el crecimiento económico. Uno podría decir que algunos adultos de países adultos hacen trampas "ensayando" las pruebas para les den bien, pero hay algo peor, que haya multinacionales que cobren por hacerlas y prometer buenos resultados, y peor aún, que no sirven para lo que se usan. No sirven para medir la calidad educativa.
Si fuera por mí, los jóvenes como Paula, deben cantar, bailar, hacer teatro, música, danza, lectura, pintura, cine, sólo eso: hacer y consumir arte. Cuando tenía 15 años guardaba monedas toda la semana, iba a pie al liceo, no comía merienda y hacía algunos recados por el barrio. Con el dinero que juntaba, iba los sábados con mi amigo Fernando a comer pizza. Esa prueba sí que fue importante para mi futuro, ocurría al salir del liceo, lejos de las aulas, en el corazón de mi barrio. Un" informe pizza" primero en el ranking, como esta canción de la señora Paula Valls:



Más artículos de La gaita eléctrica

10.Dic.2018Derby Motoreta's Burrito Cachimba

29.Nov.2018Travesti afgano

19.Nov.2018Rosalía

08.Nov.2018Marlango

05.Oct.2018La Habitación Roja