Joaquín DHoldan: Escritor y Dramaturgo de la Villa del Cerro radicado en Sevilla.
Twitter: @joadoldan
Hace años sufro de un trastorno (en proceso de curación), se llama "síndrome de la hiperresponsabilidad". Tiene que ver con el continuo "tengo que..." y además con la sensación de que te deberías hacerte cargo de todo cuanto ocurre en tu entorno planetario. Eso te lleva a meterte en causas que no van contigo, a una continúa insatisfacción y a creer que nunca cubrís las expectativas. Eso me pasó el otro día en este mismo Portal lleno de gente hermosa que es Montevideo.comm. Resulta que veo una notica que titulaba algo así como "Esta joven está revolucionando la música española". Enseguida pensé, "¿no debería ser yo, el que escribe sobre música española, quien alertara sobre algo semejante?, ¿acaso no me pagan una fortuna por estar atento a las novedades musicales de la madre patria?". La respuesta es no, por supuesto. Digo, que no importa si me pagan mucho, poco, o nada, no es verdad que esa mi función, y menos verdad que dicha joven revolucionó algo de la música. Es pura "hiperresponsabilidad".
Es cierto que este año volvió "Operación triunfo", el programa del que, en su primera edición (hace 20 años, mi primer año en Sevilla) salió David Bisbal (un dato curioso: no fue el que ganó). Luego de varios intentos fallidos en los años posteriores, sin una explicación clara volvió y fue un éxito. Sumándose a otra enorme lista de programas de talentos emergentes como "La Voz", "Factor X", etc. La mayoría de quienes transitan por ellos, terminan en el olvido, muchos trabajan en musicales, unos pocos graban discos, una minoría hacen carreras derivadas en televisión (Gran Hermano VIP, Supervivientes, concursos de baile o de cocina) y cada tanto, generalmente quienes no ganan, hacen una carrera musical. Siempre lo entendí de forma fácil. Quienes consumen música y van a los conciertos no son el mismo público que los que ven TV. Un fenómeno similar ocurre en la localidad argentina de Carlos Paz con el teatro. La gente va mucho a las salas en temporada, pero a ver TV. O sea los primeros conciertos de los que salen de esos shows televisivos se llenan de gente que quiere verlos a ellos, no a su música, así como las familias van a Carlos Paz a ver personajes, no a ver obras de teatro. Esta año "Operación triunfo" tuvo características diferentes (que explican su éxito), una nuevo rol de las chicas, romances más allá de los géneros, postulados feministas, una gran apuesta por la inteligencia en las declaraciones, una selección musical un poco más cuidada, una cota de edad muy baja en su plantel apostando por un público también joven, un buen uso de las redes sociales. El producto final musical, derivado del televisivo fue distinto, pero yo esperaría unos años antes de afirmar que se revolucionó algo. Es lo que tienen las revoluciones, hay que evaluarlas con tiempo para ver siquiera si han existido. Los cambios son más palpables, en la música está sucediendo. Tiene que ver con la forma de consumo. Se dejaron atrás los "Longplay" para dar la bienvenida a las "Playlist".
Hay un cambio social que detecto en Uruguay y creo que puede ser el más importante de los últimos años. Como todo cambio, da miedo, hay que estar preparado y muestra lo mejor y lo peor de nosotros. Uruguay tiene nuevos inmigrantes. Es la mejor noticia que nos puede pasar. Gente de otros lados que aporte su riqueza cultural. No crean que les van a sacar nada, ni se va a perder nada, no es una invasión. Esas corrientes migratorias son una maravilla si se trabajan con cabeza de ambas partes y se apuesta a la integración, con tolerancia, con armonía, y sobre todo con esta premisa "es bueno para nuestra tierra". Es un buen síntoma que la gente venga, y además combate un problema histórico que es nuestra poca población. Hay lugar para un par de millones más de personas. Hay lugar, hay que moverse para el fondo, ceder el asiento, abrir las ventanillas. Viajemos juntos, dejemos atrás el miedo. Uruguay creció en otra época bajo el mismo fenómeno, lo mismo pasó en Europa. Si no se llena de violencia e intolerancia, esos movimientos son los que hacen crecer la civilización, los que enriquecen la cultura. Hoy les traje una muestra que tiene que ver con la revolución de la música. Natalia Peluso es argentina, pero vive hace años en España y con sus jóvenes 22 años está revolucionando la música, (creí que se refería a ella la noticia que mencioné al principio). Esta chica hace rap, y algo más. Es una artista, se formó en el teatro físico, es "performer", tiene un vivo espectacular con una gran banda, ha sacado un bello disco con pocos temas pero contundentes, como cualquiera de sus videoclips. Con acento de ningún lado, inventando términos, haciendo mestizaje. Como si los "Illya Kuryaki" hubieran sido mezclados con Amy Winehouse, Lola Flores y Gloria Estefan. Una provocación. Lo que debe ser el arte. Este es su "jazz latino", disfrútenlo, es nuestro.
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