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Políticamente incorrecto

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La columna de Álvaro Ahunchain

Sobre el autor

Nací en 1962. Dirijo Ahunchain Comunicación y asesoro en esta materia a empresas privadas y públicas y partidos políticos. Soy dramaturgo y director teatral, con piezas editadas en España, Francia y Estados Unidos y estrenadas en Argentina, Chile, Venezuela, El Salvador, México, España y Alemania. Ocasionalmente he producido y dirigido televisión. Ejerzo la docencia en la Universidad Católica, el CLAEH y la Escuela del Actor. Facebook: Alvaro Ahunchain Twitter: @alvaroahunchain

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Barras demasiado bravas

13.Jun.2011

 

"El Rodrigo, el Rodrigo, el Rodrigo se murió, los vamo a matar a todos, la puta que los parió". Así canta la barra brava de Nacional, orgullosa de haber asesinado por la espalda al hincha de Peñarol Rodrigo Aguirre, el pasado 28 de abril. Por su parte, la pesada de Peñarol replica con el siguiente cántico: "Le vamo a matar al tercero. La violencia no va a terminar. A Rodrigo lo vamo a vengar. Sos cobarde, matás por atrás. Ahí tenés Cultura Nacional".

Esto cantan, partido tras partido, personas fácilmente identificables. Sin embargo, no van presas. Me pregunto qué pasaría si un grupo de energúmenos incitara a la violencia doméstica delante de una reunión de mujeres, o llamara a matar a los judíos frente a una sinagoga. ¿No vendría la fuerza pública y los metería presos? ¿Cómo se explica la impunidad de las barras bravas del fútbol uruguayo?

Entro en Internet y no encuentro uno, sino varios sitios laudatorios de esta plaga. En www.futbolypasion.com se  anuncia que sus fuentes de financiación son "la venta de droga, reventa de entradas y dinero cedido por dirigentes y jugadores". Leo esto y entiendo cada vez menos: ¿los dirigentes y los jugadores ceden dinero a estas personas? ¿Es cierto que el club les paga los pasajes cuando van a jugar fuera del país? ¿Existe una connivencia entre autoridades que se sientan en la directiva de la AUF y estos delincuentes? Miro los informativos y entendiendo aún menos que antes, cuando veo que los dirigentes se quejan de que su cuadro pierde puntos en el campeonato como resultado de un crimen cometido por sus barras bravas. ¿O sea que las autoridades reconocen esa connivencia, como para sancionar al equipo por  los desmanes de su hinchada, y sin embargo esa sanción no pasa de unos puntitos, cuando lo lógico sería reclamar responsabilidades penales?

En otro pasaje, este sitio da cuenta de que la barra brava de Nacional está integrada por "en su mayoría, guardias de seguridad de diversos boliches de la noche montevideana, lo que hace que el choque mano a mano con la barra tricolor sea una batalla perdida desde antes de empezarla". ¿O sea que podemos hablar de un pequeño ejército mercenario, también a sueldo? ¿Pertenecen a esa oprobiosa categoría de impunes que dejó en estado de coma al músico Jorginho Gularte en  W Lounge, sin consecuencias penales para sus propietarios, hasta el presente?

¿Y digo yo, esto es la Suiza de América? ¿Esto esconde el fútbol, la famosa pasión de multitudes?

Repasemos algunos de los inefables cánticos peñarolenses que documenta la web www.manyacapo.com:

 

"Gallina deja de hacerte el barra brava,
los putos de La Blanqueada no aguantan nada
no te pudo salvar ni la policía
la noche en Maldonado nunca se olvida 
sos la gallina".
(Alusión al asesinato del hincha de Nacional Víctor Laluz Díaz, a golpes en la cabeza, el 12 de enero de 2006, en Maldonado).

 

"Vamo vamo carbonero, te llevo en el corazón, 
vamo a mandar otro bolso al cajón".


"Le dicen el matador al carbonero,
la banda de borrachos y faloperos,
ya le matamo a uno y le vamo a matar a dos,
cuidate villero puto, te toca a vos.
Dale Peñarol, dale Peñarol".

"Hay que matarlos a todos, mamá, que no quede ni un Villero,
hay que matarlos a todos, mamá, que no quede ni un Villero".

(Alusión al hincha de Cerro Héctor Da Cunha, asesinado a puñaladas por barrabravas de Peñarol delante de su mujer y su pequeño hijo, el 11 de marzo de 2006, cuando esperaban el ómnibus en una parada de Avenida Italia, frente al Clínicas).

 

"Te escondes en la sede para ir al estadio,
y llamas a la yuta para ir custodiado, 
te robamos los trapos, te matamo a Posadas".

  

"Vos sabés, el día que la madre de Diego, 
dijo con los ojos mojados que te ibas a morir. 
Cuando el doctor dijo: señora, Diego Posadas se murió, 
como poder explicarte, como poder explicarte. 
Porque ver morir un bolso, no se puede comparar, 
es mucho más que todo. Bolso vos sabes".

(Alusiones al hincha de Nacional Diego Posadas, de apenas 16 años, degollado por barrabravas de Peñarol el 12 de junio de 1994).

 

"Cómo me voy a olvidar 
cuando matamos una gallina,
cómo me voy a olvidar

fue lo mejor que me pasó en la vida.
Los putos de Nacional,

le buchonearon a la policía,
y al poco tiempo después,

mataron otro los de la villa.
Es mi ilusión volver a verte

y a los balazos correrte,
matar a dos una vez más

y prender fuego el Parque Central".

(Alusión al asesinato del hincha de Nacional Daniel Tosquellas, hermano del conocido periodista radial Pablo Tosquellas, el 30 de marzo de 1996. Daniel acudió a ayudar a un chiquilín al que intentaban quitarle una bandera, y fue asesinado por un hincha de Cerro de un tiro en el pecho).

 

A esta altura, el lector que no concurre a la Amsterdam pensará que inventé estos versos, bajo el efecto de algún alucinógeno. Y debo aclararle que no es así. Son todos extraídos del link:

http://www.manyacapo.com/sitio/index.php/hinchada-de-penarol/canciones,

donde están transcriptos sin una sola línea condenatoria de tanta bestialidad. Peor aún: esa página registra 27 posteos de lectores, todos los cuales participan del mismo entusiasmo, como si lo que expresaran las letras fuera tan inocente como el arroz con leche. Y conste que los ejemplos son todos de Peñarol, por el solo hecho de que no encontré atrocidades pertenecientes a otros cuadros, aunque las hay.

Vuelvo a la pregunta del principio. Cuando la policía detecta a estos tipos cantando esta basura, ¿por qué no los detiene? ¿No son penalmente responsables por la incitación a la violencia que están realizando?

Pero la inoperancia del Ministerio del Interior no es la única explicación ante tanta atrocidad.

Principalmente debe condenarse la incompetencia e inmoralidad de las instituciones deportivas, ante la evidencia de que sostienen económicamente a las barras bravas, y el papelón de ver a sus dirigentes protestar, sólo porque les "quitan puntos" cuando ocurren estos delitos.

Nuevamente, el estado calamitoso de nuestra educación aparece en el origen de todos los males. En el país de Varela, el fútbol nos retrotrae a la bestialidad del circo romano.

La rivalidad entre los equipos es reproducida hasta el hartazgo en radio y televisión, por comunicadores que se pelean supuestamente con humor, pero siempre acentuando la irracionalidad del sentido de pertenencia a una estúpida camiseta.

Por eso vale la pena destacar la acción desarrollada por una agencia de publicidad, Notable, cuando hace dos años, se suspendió el federal de Básquetbol por la muerte violenta de dos hinchas de Aguada. Trabajando para la Federación Uruguaya de ese deporte, la agencia de Pipe Stein y Diego Lev generó una idea revolucionara: que en los tres partidos que se jugarían al reiniciar el torneo,  los cuadros lo hicieran con las camisetas intercambiadas. Porque "ninguna camiseta vale más que una vida".

 

El mensaje es simple y contundente. Nuevamente es la sociedad civil la que reacciona con inteligencia ante la barbarie. Ojalá en el fútbol pasara lo mismo.