"Esto es más hermoso todavía que lo que esperaba. Estoy feliz y me quiero quedar a vivir en Israel". Así lo afirmó este lunes en una rueda de prensa en Jerusalem, el poeta iraní Payam Feili (30), que tuvo que dejar su país por escribir abiertamente sobre su homosexualidad y ahora solicita asilo político en Israel.
Payam entra serio y quizás hasta un poco tenso a la sala en la que lo espera la prensa. Son evidentes sus uñas pintadas de azul y un anillo turquesa muy notorio. Pero lo que de inmediato llama la atención es el tatuaje con forma de Estrella de David que lleva en el cuello, que cuenta se hizo hace unos meses, durante su estadía en Turquía, país en el que pasó algo más de un año cuando comprendió que en el suyo, Irán, ya no podría vivir.
El tatuaje, para él , simboliza en parte la visión positiva que tenía de Israel ya desde lejos, aún antes de llegar. "Siempre me gustó este país, capté desde Irán algo positivo aunque no lo conocía". Sobre los motivos judíos que aparecen en algunos de sus libros, también el nuevo que se está presentando ahora en hebreo en Israel dijo ya meses atrás al periodista israelí Ido Dagan del portal NRG que son simplemente "producto de mi imaginación" ya que "no sé mucho de mística judía ni de ninguna religión", aunque esta semana, en Jerusalem, contó haber leído la Torah y tuvo varias referencias al Holocausto.
"Quisiera contar ante todo que mi vida no ha sido fácil en Irán", comienza diciendo por su iniciativa, antes de planteársele pregunta alguna. "En Irán no es fácil vivir si eres minoría, no sólo de parte del régimen islámico sino tampoco de la sociedad", asegura Payam, que durante largo rato habla sin sonreir . "Y no aceptan que uno tenga su propia identidad y la defienda", sostiene.
Cuando años atrás, el primero de sus diez libros comenzó con la revelación sobre su tendencia sexual, comenzó el hostigamiento del régimen. Fue llamado repetidamente a interrogatorios, hostigado por las Guardias Revolucionarias y despedido del trabajo, al igual que algunos de sus familiares. A ello se sumaba la presentación de su persona como un ciudadano inmoral , violador de los principios de la revolución.
Hasta que no pudo más. "Era un peligro para mí seguir allí", asegura.
A Israel llegó hace tres meses , tras un año en Turquía, concretando así un sueño que le acompañó durante años, sin que pueda explicar exactamente la razón de la afinidad que sentía. La visa la consiguió por pedido del portal NRG y con la intervención de la Ministra de Cultura Miri Regev, que la solicitó especialmente al entonces Ministro del Interior Silvan Shalom.
Cuando, en Turquía, recibió invitaciones a visitar Estados Unidos como poeta, y por otra parte a visitar Israel, no dudó ni un instante: vendría a Israel. Es más: llegó al parecer ya decidido a solicitar asilo político. La visa que tiene en su poder ha sido extendida hasta el mes de octubre, mientras se tramita su solicitud. "No puedo tener certeza de la respuesta , pero soy optimista. Quiero quedarme aquí, vivir en Israel, es un país en el que me estoy sintiendo muy cómodo y donde sé que puedo estar bien".
Por ahora vive en la calle Lilienblum en Tel Aviv, piensa aprender hebreo, y pasa el tiempo escribiendo y en contactos con "numerosos amigos que me esperaban", tanto lectores de sus libros que se habían contactado con él por las redes sociales, como miembros de la comunidad LGBT que lo ayudan y apoyan.
Payam habla de una nueva vida en Israel, aunque su viaje al país comenzó con un motivo muy puntual: la presentación de su nuevo libro en hebreo "Yo creceré, yo daré frutos...higos" y la puesta en escena en el teatro Tzavta de Tel Aviv de una obra inspirada en algunos de los poemas que allí aparecen y creaciones de otros escritores. Este, su décimo libro, muy conocido en Israel , es una historia de amor entre dos soldados iraníes durante la guerra Irán -Irak.
Su voz es sumamente suave , pero su mensaje terminante. En Irán no podía seguir viviendo porque corría riesgo de arresto, cadena perpetua y hasta muerte.
"Sentí que el único lugar en el mundo en el que podría vivir sería Israel", asegura el poeta. "Decidí que puedo vivir acá, quizás por la atmósfera especial que tiene este país y que siempre imaginé en mis historias".Y aclara: "Lo decidí, aunque sé que no es fácil vivir en Israel.Y ahora que ya he llegado, siento que es exactamente como esperaba, o mejor todavía".
Le sorprendió la calidez, cuenta, que le dispensa la gente. "Al principio hay un poco de sorpresa al oir que soy de Irán, pero luego entienden la historia y todos me tratan muy bien. Me hacen sentir que volví con mi familia en Irán".
Tenemos la oportunidad de conversar con Payan a tan solo tres días de las elecciones en su país. Sonríe amargamente al opinar que "no creo que veremos un cambio verdadero porque esto es solamente un show". "Esto no es una elección en la que la gente puede elegir lo que realmente quiere, ya que todo está predeterminado para ellos. Son elecciones básicamente dictadas por el régimen, que no resultarán en una reforma que cambie de dirección la vida de la sociedad".
No ve en un futuro cercano un cambio en su país. Aunque en lo personal se está sintiendo bien y ve con optimismo el futuro, sabe que la relación con su familia se dificulta. Si bien logra comunicarse con sus seres queridos diariamente por Skype, la opción de un reencuentro será en un tercer país. "A Irán, no creo que pueda volver", resume con una amarga sonrisa.
Nos animamos a preguntarle por qué salió del closet ya años atrás, revelando su homosexualidad, aún sabiendo que una de las características de la opresión del régimen es precisamente la intolerancia con los homosexuales, que son llevados a la horca públicamente.
Payam no titubea: "Mucha gente pensó que era tonto de mi parte salir del closet y así arriesgar mi vida, pero yo quería inspirar a otros y poder hablar de mí mismo. Es que si uno se esconde todo el tiempo y muestra lo que no es, por más perfiles anónimos o falsos que ponga en Facebook, no dejará de ser en su fuero íntimo lo que realmente es", responde.
Y resume: "Es cierto que es muy peligroso en Irán hablar de la propia identidad, si no es como la que dicta el régimen. Pero yo creo que es más peligroso todavía vivir escondiéndose , oculto tras identidades falsas ya que eso lleva a que finalmente, uno pierda su verdadera identidad".