PALABRAS CLAVE: cantegriles, inmoralidad, morosidad, lenidad, nos comen las cucarachas.
En Montevideo hay 300 asentamientos irregulares ("cantegriles", se llamaban antes de que la corrección política esterilizara el lenguaje). En ellos viven 160.000 personas, el 10% de la población capitalina. La mayoría se localiza en el cinturón de La Ciudad, y por tanto no quedan "de paso" para ningún lado, sino que son regiones, en más de un sentido, terminales. Aquellos pocos que por una u otra razón pasan por ahí, pueden dar fe de las condiciones infrahumanas en que comparten sus días adultos, niños, caballos, cerdos, basura, promiscuidad, violencia, delito, pasta base, incivilización, sacrificio, decencia, esfuerzo, voluntad, dignidad, ilusión. Quien no pase por ahí y tenga curiosidad, vaya por Google Maps en modo "tierra", por ejemplo, al cuadrante SO de Burdeos y Cibils. O quien quiera tener una visión directa pero prudentemente distante, puede agarrar la rambla portuaria hasta la calle Colombia, donde podrá hartarse de miseria humana. Que haya gente viviendo en esas condiciones envilece a una sociedad; la degrada; la descalifica. Dice que sus integrantes (muy en particular sus dirigentes) son unos inmorales, o unos incapaces, o unos imbéciles, en el sentido clínico del término. Eso somos; todo eso, en proporciones variables.
EL MEDIO VASO LLENO
La semana pasada entregaron las primeras 30 de 130 viviendas en "El Barrio", como se conoce en el vecindario al cante de Acosta y Lara (en su formulación organizada, "Asociación Civil Esperanza"). Los primeros vecinos llegaron a fines de los '50, cuando se empezó a poblar formalmente Carrasco Norte, procedentes (corridos) de la calle Orleans. Algunos descendientes de los primeros pobladores siguen ahí. Mi suegra me contó que en los tempranos 70 acompañó varias gestiones ante la intendencia Rachetti procurando regularizar (ciudadanizar) al creciente número de familias. Yo me acuerdo de haberme ocupado (superficialmente; solo puedo excusarme por mi juventud) del tema bajo la intendencia Elizalde, a mediados de los 80. Desde entonces pasaron por la IM Vázquez, Arana dos veces, Erlich, Olivera y ahora Martínez. Y por el gobierno nacional Sanguinetti, Lacalle, Sanguinetti, Batlle, Vázquez, Mujica y de nuevo Vázquez. Ahora en El Barrio viven 300 familias, unas 2.000 personas. La mitad de ellas se verá beneficiada con estas casas que se empezaron a entregar, construidas con un préstamo del BID gestionado por IM/PMB/PIAI/MVOTMA. La otra mitad recibirá materiales y construcciones compensatorias, y todos saneamiento, agua potable, alumbrado y acondicionamiento de espacios públicos. Una maravilla, con peros que no la desmerecen (http://pmb.mvotma.gub.uy/barrios/asociaci-n-civil-esperanza).
EL MEDIO VASO VACÍO
Lo que digo es que nos tomamos 50 años para hacerlo. Entre tanto, tres generaciones crecieron en el cante/El Barrio. Tugurizados, marginados, tentados por todas las desgracias de la (mala) suerte, de la que por cierto zafaron los mejores a fuerza de garra y voluntad. Pero otros quedaron para siempre al margen, y no habrá casa de ladrillos que valga. Lo que digo es que así estamos en todo, y que, en cada distracción, en cada omisión, en cada desvío, vamos dejando gente por el camino. Así con la educación. Así con la reforma del Estado. Así con el narco. Así con el medio ambiente. Así con la regla fiscal. Así con el Hospital de Clínicas. Así con la regasificadora. Así con el CPP. Así con AFE, con PLUNA, con ANCAP. Así, así, así. Muy linda la foto de todos los presidentes, muy rico todo, pero si no nos enfocamos y apuramos el paso, nos comen las cucarachas.
(Aparte de todo lo anterior: nunca se olviden que Sendic miente; y que el FA lo apoya, aunque saben que miente. El vicepresidente miente; el gobierno miente; el partido de gobierno miente).