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Así lo veo yo

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Columna de Ana Jerozolimski

Sobre el autor

Uruguaya, radicada en Jerusalem desde 1979. Redactora Responsable de "Semanario Hebreo".

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GONZALO RODRÍGUEZ FABREGAS, DIRECTOR DE “EL BARRIO DE LOS JUDIOS”.

27.Sep.2011

 

 

“El barrio de los judíos”, un documental sobre Villa Muñoz estrenado recientemente en el marco del Festival de Cine Judío en Montevideo, pre-estrenado ya en repetidas ocasiones, entre ellas en la Cancillería y en la sede de lo que era hace mucho la escuela Scholem Aleichem , declarado de interés nacional por el Ministerio de RREE , es una película sobre el pasado aún vivo  de parte de la colectividad judía en el Uruguay..y por ende también sobre el presente..ya que indudablemente quien la vea, sentirá en muchos casos, que habla de su propia familia.

Pocos serán los judíos uruguayos que no oyeron alguna vez alguna anécdota personal relacionada a Emilio Reus…El propio Director  Gonzalo Rodríguez Fábregas, también tuvo ese gusto, aunque no es judío, dado que está casado con una mujer judía de apellido Lazarov. En las reuniones familiares, Villa Muñoz era tema fijo..Para Gonzalo , durante mucho tiempo, era sólo eso..anécdotas familiares..hasta que comprendió que ahí había  mucho más. Así nació “El barrio de los judíos”.

Luego de su estreno en el festival, la película estuvo en cartelera tres semanas en los Cines  Hoyts en Alfa Beta, ahora está en Punta del Este, el sábado siguiente al año nuevo judío que se celebra este miércoles 28,   se proyectará gratuitamente en el Club Biguá y más adelante estará en Cinemateca.

El Director tiene , respecto a esta película, dos grandes sueños: que sea ampliamente conocida por la audiencia no judía uruguaya, y que sea presentada en Israel..

 

 

 Gonzalo Rodríguez, el primer día del rodaje, en Arenal Grande.

 

P: Gonzalo ¿cómo llegaste a este tema, el barrio de los judíos?

R: Hace cinco años que estoy trabajando en documentales y he aprendido a buscar temas que me interesen a mí y puedan interesar a otros. Yo no sabía que iba a aparecer este tema, que permanentemente lo tengo en mi familia, una familia compuesta por hijos judíos, suegros judíos y mujer judía, mi esposa. Mis suegros son justamente del “barrio de los judíos”. Y este era un tema recurrente en las reuniones familiares..Buscando temas,fue apareciendo éste cada vez con más fuerza.

 

P: Entonces parte de la explicación  radica en que tus suegros mismos son de Villa Muñoz.,,

R: Claro. Mi suegro, si bien es uruguayo nacido en Uruguay, es hijo de inmigrantes lituanos  que vivieron en el barrio. El vivió allí en el barrio hasta que se casó con mi suegra. No hay como el barrio de cuando uno es chico..así que la historia recurrentemente aparecía en la familia. Yo por mucho tiempo no me di cuenta de que ahí había una historia tan linda para contar.Eso sucedió en el ambiente laboral y no en el familiar, pero cuando apareció como una posibilidad, fue bárbaro porque ahí empezó  a desencadenarse mucha cosa. Fijate que al primer concurso que me presento con “El barrio de los judíos”, gano.

 

P: O sea que algo pegó fuerte..

R: ¡Claro! Yo tengo proyectos en carpeta cuatro años sin ganar, que yo estoy convencido que son buenos pero el jurado todavía no se dio cuenta. Pero con esto, apenas presenté, gané..Gané unos cuantos concursos que me fueron permitiendo  ir armando la historia… Al principio la historia había sido un boceto muy general. Pero al ganar, el compromiso ya es muy serio porque uno tiene que desarrollar el tema. Y ahí fue empezar a aprender y estudiar mucho más en serio.

 

P: ¿Podés decir qué fue lo que te hizo pensar que hay algo más que anécdotas de tus suegros en las reuniones familiares?

R: Siempre hay algo intuitivo.Yo he visto bastante cine y eso me permite hacer conexiones, que de alguna manera uno visualice la historia en imágenes. Es que yo podría haber terminado en un libro o un disco, pero no sé hacerlo. Muchas ideas que a uno se le van ocurriendo son desechadas porque uno no puede trabajarlas. Pero esta cerraba por todos lados para mis intereses. Yo me di cuenta que esto era más que un reportaje periodístico, que había una historia muy fuerte para contar.

 

P: ¿Hubo una escena, una anécdota, una historia, que te hizo cambiar el disco en la cabeza y comprender que ésto es para una película?

R: No, ojalá hubiera sido así..No hay una musa inspiradora que te  baja del cielo  y te ilumina sino que lo que más hay es trabajo y proceso. Normalmente busco una historia que sea controlable y a la vez universal. Yo tenía en 15 manzanas una historia de inmigrantes. Y además, Uruguay es un país de inmigrantes, o sea que por muchos lados cierra. Yo conocía el barrio, como arquitecto, y entonces veía las imágenes. Pero está el clima, y uno va viendo nuevas posibilidades. Yo veía que todo lo que abría eran sabores, música, idioma, cultura ..muchos temas que eran visuales y que se podían contar. Detrás de eso te vas asesorando y vas viendo qué va cerrando, que esta historia no había sido contada nunca, que valía la pena contarla, y que por un lado me pertenecía pero al mismo tiempo me permitía una cierta distancia para contarla…

 

P: Porque tenés familia judía, pero vos mismo no sos judío…algo intermedio..

R: Claro…Eso me complicó por un lado, por el desconocimiento, pero por otro lado te da la distancia de estar tan metido adentro  que vos no puedas tomar partido..

P: De todos modos, tu desconocimiento no era como el de otro que no está casado con una judía y tiene suegros de Villa Muñoz..

R: Es verdad..Además yo pensé qué divino poder mostrárselo a mis hijos dentro de unos años cuando sean más grandes..O sea que hay una cosa personal muy linda. Sin egoísmo…pero el hecho es que mis hijos son judíos y me va a encantar que ellos en algún momento rescaten la historia de sus abuelos.

 

P: ¿Recordás historias que tu suegro contaba, que te gustaban o impactaban en especial cuando hablaban de Emilio Reus?

R: Por supuesto..En los cuentos familiares, mi suegro vivió en un altillo  con dos piezas y los propietarios vivían abajo. Pero para entrar a su casa  tenía que pasar por los dueños de casa. Y esto que parece tan común, si lo empezás a pensar, te das cuenta que no lo era. Ni siquiera llegaba a ser una pensión que te daba cierta sensación de propiedad, porque acá tenía que subir una escalera que daba al comedor de los dueños de casa..que además tenían cierta autoridad  como dueños. Y esos propietarios no eran judíos, porque los judíos no eran dueños de esas casas, hasta que después pudieron mejorar su condición económica. Y  a mí me llamó la atención que ese mismo hombre, en una única vida, pudiera salir de allí, instruirse poco, montar un taller , ser empresario y llegar a comprar un apartamento de tres dormitorios y darle a sus hijos  una educación terciaria. A mí no me parece que sea muy común. Yo, Rodríguez, estaba más acostumbrado al galleguito que legaba a su hijo su propio almacén, pero no que le sucedieran todas esas cosas. Yo siempre le digo a mi suegro “vos sos un afortunado en la vida, porque podías haber terminado obrero toda la vida , con hijos obreros de la construcción y haber repetido la historia..”. Por ese lado, me parecía destacable,..Y digo que discuto con mi suegro porque él me dice “no te creas, fue una lucha”..Y yo digo que claro, que sí…

 

P: Esa es la cosa…luchar y haber salido adelante..

R: Claro, pero salir adelante  no saliste así como así…Salís con códigos..Una de las cosas que te quiero decir, que no paro de decirlo, es que creo que los judíos que llegaron al barrio Reus, a Villa Muñoz, apostaron al trabajo y a la educación y creyeron que así se salía, y así salieron. Cuando nosotros, los uruguayos no judíos muchas veces estigmatizamos al pueblo judío en Uruguay, y lo tratamos de comerciante, y que han hecho plata en base  a su cuidado de la plata, y se dice si son “machetes” o no, yo creo que lo que hay que decir es que la pelearon como locos y sabían que así iban a salir adelante. Ellos no, pero su generación siguiente sí. Y a ver ¿¡ qué colectividad pudo, en una generación sola, hacer la escuela Scholem Aleijem, la MIDU (Mutualista Israelita del Uruguay) , todo el tema del comercio , cinco o siete sinagogas ahí en la vuelta?!

 

P: Un verdadero barrio judío..

R: Decían que en Montevideo, Galicia chica se le llamaba a un lugar  ahí por La Paz y Agraciada, cerca de la terminal del tren, como que ahí los gallegos hubieran llegado en algún momento.. es lo único que yo oí..pero no hay barrio latino, no hay barrio chino, no hay barrio italiano. Está el barrio de los negros en Barrio Sur, pero no se le dice “el barrio de los negros”. Emilio Reus es único, el barrio de los judíos, el único en Montevideo. En el interior sí, están los suizos en  Colonia , los rusos en San Javier ..pero en Montevideo no hay. Es interesante que los judíos no lo llaman “el barrio de los judíos” y creo que tampoco les gusta mucho que se lo digan.Es cierto que ellos sigan diciendo Villa Muñoz. Y me cuestionaban el nombre , pero yo decía “no, no, hay que llevarlo orgullosamente, hay que dar vuelta esa imagen”. Vos tenés que estar orgulloso de tu barrio. Yo lo voy a rescatar desde mi lugar de montevideano. Acá no hay alguien que diga “vamos a comprar una baratija a Villa Muñoz”. No. Es “vamos a comprar las sorpresitas para el cumpleaños al barrio de los judíos”. O los regalos de Navidad. A lo sumo dicen Arenal Grande. Pero nadie dice Villa Muñoz.  Los no judíos ni saben que se llama Villa Muñoz. Yo tuve que salir en la tele a decirlo. A mi me parece muy atractivo, además, también desde el punto de vista de la arquitectura, que la gente viva en casas todas iguales, entonces nadie era más pobre, nadie era más rico…tenías menos para comer, más para comer, más trabajo o menos trabajo, pero vivías en casas muy similares..Esto me parecía un “plus” importante..

 

P:  Gonzalo, cuando empezaste a hacer la película ¿sentiste que te adentrabas en un mundo cuyo prólogo conocías a través de tu familia, pero que en realidad era mucho más grande que lo que habías imaginado? Me refiero, claro, a profundidad en cuanto a riqueza humana..

R: Te diré que demoré tres años en hacer la película. Empecé el rodaje el 23 de diciembre del 2008 y terminé en el 2010..claro que no continuo…Fueron casi dos años de rodaje. Yo llegué a aprender mucho más y cada vez que íbamos profundizando veíamos que había más. Pero en algún momento uno tiene que ir cerrando la idea de lo que fue la película original. En un documental hay cierta libertad de filmación, no  te ceñís a un guión como en ficción, pero sí tenés que tener siempre muy claro hacia dónde va la película.O sea, no tenés un guión, pero sí una guía.

 

P: ¿Y cuál era la tuya?

R: Yo sabía que no me iba a meter en valores culturales,  en divisiones políticas, no en problemas internacionales, sabía que me iba a meter desde Uruguay al mundo, no todo el mundo en Uruguay. Por ejemplo, para mí, la Segunda Guerra mundial en la película, cómo vivieron allí la guerra: unas cartas que venían de Europa, unos inmigrantes que venían de Europa..y el hundimiento del Graf Spee. Siempre, el lugar era Uruguay,ya que si no iba a perder la pista. Yo por ejemplo tenía a la gente hablando de sus padres viviendo de Europa y de sus hijos hoy en Pocitos. A mÍ me parecía que ahí ya hay muchos más temas que los que yo me había planteado. Había gente que me decía “te faltó eso, te faltó lo otro”…

 

P:Aún sin ser cineasta, me parece imposible tratar todas las aristas en un documental..

R: Se puede ver por ejemplo el tema del casamiento mixto que a mí me interesa, por mi vida, pero no a un judío ortodoxo..No está la historia de la MIDU. Es cierto que hay cosas que faltan. Pero en algún momento tenés que tomar resoluciones de dónde cortar…hasta dónde llegar. Te tiene que doler en algo alguna toma que queda fuera porque no combina con el resto…quizás para otra película.

 

P: ¿Qué mundo encontraste cuando hiciste la película? ¿Qué judío conociste?

R: Me encontré con mucha disposición para contar..Te diría que tuve una doble situación. Por un lado, gente muy generosa. Y por otro lado, gente que no quiso que yo me pudiera meter con una cámara en su vida. Hay algunas por consideraciones religiosas, de respeto a su propia manera de vivir..Algunas pocas será por verguenza. Pero encontré una correctísima relación y te diría que había que ganarse la confianza…

P: Justamente es lo que te iba a comentar…quizás alguno podía decir “Y este muchacho que no es judío ¿qué viene a filmar acá?”..

R: Ahí va, exactamente! Como siempre digo yo “y este galleguito ¿qué va a saber de ésto?”..Pero este galleguito estudió para llegar ahí…

P: Y vos hasta podías tirarles algunas palabras en idish..

 

R: Sí, pero la verdad es que en el camino fui aprendiendo. Hay algunas cosas que son particulares y de reserva, y se entiende que así sea. Y también hay cierto pudor  de tener plata..

P. ¿A qué te referís?

R: A que  si mejoraron su situación económica, no a todos les gusta mostrarlo. A los uruguayos uno les pregunta cómo están y respondemos “acá, tirando…” Claro que yo no iba a reportear a nadie a un departamento de Pocitos, pero el tema es que no tiene nada de malo que hayan mejorado su situación económica..Sea como sea, si la persona entrevistada ya no vivía en el barrio, íbamos adonde había sido su casa en el barrio.En algunas conseguimos entrar, en otras estar en la puerta,,,pero siempre relacionado al barrio porque ahí estaba la historia.

 

P: ¿Te parece que fueron sólo las circunstancias de la vida las que hicieron que muchos estén hoy viviendo en otros barrios, o quizás es algo relacionado a un carácter determinado…por lo cual unos se fueron y otros se quedaron, aunque los menos? Quizás sea una pregunta un tanto “antropológica”..

R: No lo sé, la verdad…Lo que sí puedo asegurar es todos aquellos que hablaron con nosotros del barrio, lo hicieron con mucho cariño y permanentemente están vinculados a sus fiestas o entierros, si era de un vecino de la otra cuadra..o algo así..Yo sentí que viviendo en el barrio, la gente se sentía muy en control de su situación y de la del barrio..todos sabían quién era el hijo de fulano o mengano que vivía a tres cuadras..hoy yo no sé el apellido del vecino de al lado o de enfrente..

 

 

P: La película es seguramente un cúmulo de historias…¿podrías compartir alguna con los  lectores?

R: Claro…aunque son muchas..Te voy a contar una que de repente pasa inadvertida en la película..Está Luis Lipatín, hijo de carpinteros y él carpintero. Tiene una carpintería en el mismo lugar donde tenía su papá, en Isla Gorriti. El papá le dijo que él no sería carpintero, que no servía para el oficio, pero evidentemente sí sirvió..Lo que te quiero contar es que la abuela de Luis Lipatín, fue la que vino de Europa de la Segunda Guerra Mundial. Y cuando venía gente de Europa, y no tenía dónde alojarse, cuando ellos recibían a los inmigrantes judíos, ellos los alojaban. A tal punto que Luis Lipatín dice que a su papá lo mudaban de cuarto para dárselo a gente que estaba muy venida a menos. Eso me parece un acto de solidaridad muy grande.

Otro de los casos era que iban  de una casa a la otra..los niños judíos iban de repente a la casa de otro, judío o no, a almorzar, porque a ese niño no le gustaban las verduras y entonces comían todos juntos y así lo ayudaban a que coma las verduras. De esa forma se vivía en el barrio. Y además era un barrio en el que no se pasaba llave a la puerta. No había ladrones. Esas cosas que pasan durante la película y quizás no tienen ningún brillo más allá del hilo conductor, pero que uno piensa lo que significa….que había una llave, esas grandes de bronce, pero nadie las usaba… O cuando el día que tenían libre iban en los camiones al Parque Durandó o después al Parque Rodó. Eran vivencias sociales..los que podían..iban todos juntos. No eran épocas de ir a la playa pero sí de pasar el día de peña. Ponían unos tablones y se iban de repente 20 personas a pasar el día. ¡ Y se iban a ver luego toda la semana! Ya que vamos para allá, todo el que pueda venir a pasear, que venga. Todo eso era una sociabilidad muy uruguaya…y no sé si eran judíos o no..qué me voy a poner yo, con todo eso, a buscar las diferencias sobre lo que la colectividad judía vivía en el barrio. No es mi necesidad..

 

P: ¿Dirías que es una película de nostalgia pero no de tristeza?

R: Yo espero que no tenga ni una pizca de tristeza…

P: Decía tristeza sólo por lo relacionado a la nostalgia..

R: Claro,..pero es una película de cariño, también con muchos momentos de humor que te sacan del documental, que por lo menos te hacen sonreir…Hay anécdotas que son muy graciosas y que cuando nos ponemos en el lugar del personaje que la cuenta, nos resulta fantástico. No es para nada una película de bajón. Sin embargo es una película de derechos humanos y claro que tiene temas como la segunda guerra, la pobreza que estaba ahí, la desnutrición.A mi lo que más me importaba era que fuera una película que tuviera un interés por el lado de aprender, para judíos y no judíos. Y creo que yo miré como un poco desde afuera pero con mucho respeto hacia adentro..Quisiera que esta película tenga más repercusión en la colectividad no judía, porque habla de derechos humanos, de humanidad, de un montón de valores que son muy valiosos e importantes de entender, inmigración