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Sobre el autor

Asesor en tecnologías de la información e innovación. Dirigió proyectos en Europa, Canadá, EEUU, Israel, India, Rusia y América Latina. A partir de 2007 ha trabajado principalmente en Políticas Públicas en Uruguay. Integra el Directorio de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y el equipo del Plan Ceibal. Dice que es ex - ingeniero pero nadie le cree.

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Reinventar la rueda

27.Jul.2015

¿Es razonable una estrategia basada en sustituir productos o servicios globales por equivalentes locales?

Depende. Depende de muchísimas cosas. Las estrategias para alcanzar a los líderes funcionan pocas veces. Son raros los casos en los que un líder haya sido desalojado -o incluso alcanzado- jugando su propio juego.

Pero generalizar es muy difícil, y muchas veces terminamos comparando peras con boniatos. Las industrias son muy diferentes, los mercados son muy diferentes, y los ciclos son muy diferentes. La historia de Hyundai, fundada en Corea en 1967, es muy diferente de la historia de la marca Justicialista, producida por Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), durante el segundo gobierno de Perón en la Argentina. Aunque ambos emprendimientos fabricaron automóviles.

Achiquemos el campo: informática, 2015. ¿Es viable una estrategia de sustitución de importaciones? Todavía no sabemos nada. Estamos mirando la tecnología, mirando algo demasiado general. El punto es mirar el mercado y el modelo de negocios. Construir el caso, analizar los aspectos específicos.

La verdadera lección que debemos aprender es que la pregunta está mal hecha. El asunto no es la estrategia general ni la tecnología. Tenemos que empezar por el producto o servicio; por la propuesta de valor y por el mercado.

Si tenemos una propuesta de valor interesante, un modelo de negocios sustentable, entonces, sólo entonces, valdrá la pena reflexionar sobre la tecnología. Valdrá la pena pensar en copiar o comprar o desarrollar la tecnología que necesitamos.

Las TIC son transversales. Hay procesadores y software en los autos, en el agro, en los sistemas de control de todas las industrias, en la medicina, en todos lados. Esta ubicuidad hace peligroso reflexionar sobre las TIC en general, cada mercado es diferente. Pero sí es seguro que todos los productos y servicios están "bajo ataque", en cada mercado, en cada nicho hay empresas o proyectos que están explorando nuevas propuestas de valor. Que están pensando en cómo cambiar las reglas del juego.

Los 50 años de historia de las TIC expresan con una fuerza tremenda el concepto de Schumpeter de "la destrucción creativa": entre las 100 empresas más grandes (Fortune 100) de hace 20 años estaban Xerox, Kodak, BellSouth, Digital, MCI, Sprint, SBC Communications, MediaOne. No estaban Apple, Amazon, Microsoft, Google, Comcast, Cisco, Oracle ni DirectTV.

Todos los productos y servicios están "bajo ataque". Si solamente copiamos un producto o servicio, seguramente cuando hayamos terminado de copiar, el incumbente -o alguno de sus competidores- lo habrá mejorado, o quizás lo habrá cambiado por completo volviendo irrelevantes nuestros esfuerzos.

Para tener una mínima chance en un mercado hay que innovar, y después de haber innovado hay que volver a innovar...

Las TIC son globales, no funcionaron las barreras arancelarias de Brasil cuando intentó crear una industria de hardware, no funcionó ningún intento en la industria software, ni siquiera funcionaron los intentos de "no vender al enemigo", programas considerados estratégicos en el marco de la Guerra Fría. No funcionaron esas barreras en el mundo AI (antes de Internet), mucho menos van a funcionar en nuestro mundo DI.

Las TIC son globales, es imposible trazar el origen del software, es imposible aplicar reglas de "Denominación de Origen Controlada" (DOC), como en el vino. Podrá gustar o no gustar, pero no hay vuelta que darle.

La buena noticia es que contamos con una industria de TIC que conoce sus mercados, que innova, que trabaja a fondo sus propuestas de valor, y que, por supuesto, desarrolla, compra o copia la tecnología que necesita para competir.

La mejor manera de apoyar esa industria es apoyando proyectos innovadores; es apoyando su internacionalización; proponiéndole problemas relevantes; desafiándola con proyectos locales que tengan proyección en los mercados globales.

Podemos y necesitamos crecer. Necesitamos más y mejores ingenieros; más y mejores técnicos, programadores, gente de testing, gente de ventas y gerentes. Tenemos que esforzarnos y lograr que toda la gente en la industria de TIC comprenda el rol que la innovación y los mercados juegan en el futuro de nuestras empresas.



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