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Sobre el autor

Daniel Caggiani nació en Montevideo el 20 de julio de 1983. Pertenece al MLN y es diputado por el MPP — Frente Amplio.

Integra la comisión de Transporte, Comunicaciones y Obras Públicas y la Especial con Fines Legislativos de Asuntos Municipales y Descentralización de la Cámara de Diputados. Miembro y Vicepresidente del Parlamento de Mercosur.

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Para seguir caminando

22.Jul.2016

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar". Eduardo Galeano

El próximo 24 de Julio culmina con la realización de las elecciones internas de nuestra fuerza política el proceso de movilización que iniciamos allá por el mes de abril. Todos y todas los frenteamplistas, militantes, votantes y simpatizantes, mayores de 14 años pueden votar en los más de 1100 circuitos que van a estar funcionando en los 19 departamentos del país y en Argentina. También podrán ejercer su derecho al voto los uruguayos que están en el exterior y se hayan inscripto previamente para hacerlo.

Sin duda que un acontecimiento como este es de suma importancia, por más que los medios masivos de comunicación haya pretendido invisibilizarlo. Lo es, no solo por el peso electoral actual que tiene el Frente Amplio, que sin duda es determinante, sino sobre todo porque su fundación está sustentada en el mayor proceso de acumulación de fuerzas de la izquierda política y social del Uruguay, que inició mucho antes de su existencia como partido político.

También porque cuando se logró alcanzar el Gobierno Nacional, luego de varias veces perder las elecciones, fue la fuerza política que promovió y lideró el mayor proceso de democratización y redistribución en nuestra sociedad, abriendo caminos de participación e inclusión. Por primera vez en mucho tiempo cuando se tuvo que cortar la rodaja de pan se cortó del lado más grueso para el lado de las mayorías nacionales, para el lado de los trabajadores.

Porque hemos sido uno (aunque no el único) de los principales protagonistas en la defensa de nuestras empresas públicas, nuestros recursos estratégicos y nuestros derechos cuando la ola neoliberal inundaba nuestro continente y avanzaba con todo por nuestro país.

Lo es, porque en estos 45 años de historia hemos logrado construir una síntesis política que aglutina un conjunto de visiones de izquierda con un programa único, que promueve unidad de acción política y respeta las diversidades, pero que apuesta y trabaja en una lógica de cooperación. Con muchas discusiones, divergencias, matices, incluso con una diversidad ideológica importante, pero con la paciencia estratégica y el convencimiento que nadie sólo puede más que todos juntos.

En momentos difíciles, donde se agudiza la “puja redistributiva” y los sectores conservadores empiezan a recobrar cierta influencia en países de la región a partir de algunas victorias (no siempre por la vía electoral) y donde la derecha aprovecha a sacar pecho como “gorrión de basurero”, el Frente Amplio decide convocar a los frenteamplistas de a pie a participar en un proceso de movilización y discusión para elegir a sus autoridades.

Porque es en momentos como éste donde más que nunca se debe consultar y escuchar a nuestras bases. Como quien recurre al rio en momentos de sed a beber agua fresca y pura que nos ayude a continuar el viaje. El Frente Amplio es actualmente la fuerza política de izquierda más importante de nuestro país y tiene una gran significación en nuestra región. Lo que suceda en estas elecciones también es mirado muy de cerca por los diferentes compañeros y compañeras de nuestra izquierda latinoamericana que tienen en el Frente Amplio una referencia histórica y política. Mucho mas de los que nosotros mismos nos imaginamos.

Ahora bien, ¿son estos suficientes motivos para votar el 24? Quizás para muchos sí. Sin duda que son argumentos importantes pero no suficientes, porque no podemos convocar a participar de una movilización tan importante y determinante solo por los logros del pasado. Necesariamente una fuerza política que se propone seguir transformando la realidad debe también escuchar y proponerse soñar con nuevos desafíos y horizontes.

Con nuestra participación, o no, estamos también decidiendo qué Frente Amplio queremos para el futuro. Muchos entendemos y compartimos que nuestra organización no tiene actuar como polea de transmisión del gobierno y debe tener autonomía; pero tampoco puede colocarse en la vereda de enfrente, criticar y tirar piedras por lo que no hemos podido hacer bien. Debemos defender y discutir con la sociedad nuestros avances y nuestras limitaciones. Contextualizar y analizar políticamente las situaciones. En última instancia, esa es la función principal de la política, darle sentido a las cosas, poder interpretar, comprender y cambiar la realidad.

El Frente Amplio debe ser una organización amigable con los frenteamplistas, que nos invite y motive a participar, que sea un espacio de construcción de sentidos comunes de izquierda, y que nos enamore con la posibilidad de construir un futuro mejor sin perder la sensibilidad y el contacto con los problemas más cotidianos de la gente. Que no pierda la profundidad estratégica que debe tener una organización política transformadora.

Debe además ser capaz de vincular y articular la izquierda política con la izquierda social. Lograr abrir espacios de participación y elaboración conjunta de ideas en los más variados ámbitos de la sociedad. Los sin voz, los excluidos, los trabajadores organizados, la academia, los pequeños productores, la cultura, los nuevos movimientos sociales.

Creemos fuertemente que el Frente Amplio debe convertirse en una gran usina de ideas de la izquierda nacional y regional. Que debata con la sociedad sobre los principales problemas nacionales, la desigualdad, la redistribución de la riqueza, el modelo de desarrollo, la integración, la agenda ambiental, la agenda de derechos, la seguridad, la educación, la producción y el conocimiento, etc.

En definitiva el Frente Amplio que queremos para el futuro es aquel que pueda ser capaz de vincular las demandas y las necesidades del hoy con la los objetivos estratégicos y desafíos del futuro en un marco de unidad y el respeto por la diversidad. Y eso es lo que se define, no solo el 24, pero el 24 también.

Todos los que han sido propuestos como candidatos a la presidencia de nuestra fuerza política, tanto José Bayardi como Roberto Conde, Javier Miranda o Pacha Sánchez, son queridos compañeros y tienen enormes virtudes. Ninguno representa por sí solo al conjunto de sensibilidades del Frente Amplio, pero cada uno de ellos expresa una respetable opción dentro de todo el espectro.  

Para el Frente Amplio que se viene necesitamos una fuerte conducción política que asuma los desafíos para los debates importantes que se avecinan. Para eso es necesaria una gran capacidad articuladora, en el sentido de no esconder los disensos sino asumir que la gestión de la fuerza política necesita de debates francos, profundos que nos permita profundizar nuestra unidad. Convencer y ser convencidos y sobre todo contagiar entusiasmo que la aventura no solo valía la pena de muchos y muchos compas que han dejado la vida, sino que sigue valiendo hoy y mañana. Que invite a jugársela, y que cada uno de nosotros siga invirtiendo parte de nuestro tiempo y vidas en esto y por esto.

La candidatura de Pacha surge de un grupo diverso de Frenteamplistas de diferentes orígenes y sectores tanto del ámbito académico, sindical, cultural, social y político que se animaron a impulsarlo públicamente a partir de una carta encabezada con el extracto de una frase de Gabriel Celaya “No reniego de mi origen pero digo que seremos mucho más de lo sabido…”

Para muchos de nosotros Pacha representa lo mejor de una nueva generación de compañeros y compañeros frenteamplistas que necesitamos y que no está hoy en el Frente. Representa una generación que no participó ni del “Mito Fundante” del Frente Amplio, ni el proceso de lucha contra la dictadura, ni la generación que conquisto la democracia. Pero si es parte de la “Generación 96” aquella que vivió el avance del neoliberalismo en Uruguay y participó activamente en las luchas de resistencia y de las movilizaciones estudiantiles que combatieron la Reforma Educativa así como el proceso de defensa de nuestras empresas públicas y que reconoce y valora los avances en el proceso de acumulación política.

Pacha ha demostrado una capacidad de liderazgo , dialogo plural con el conjunto de la sociedad y capacidad de poder articular las diversidades frenteamplistas, por que como se ha cansado de repetir a lo largo de la campaña en las más de 300 actividades y los más de 20 mil kilómetros recorridos, necesitamos un Frente Amplio movilizado, con un presidente que no se encierre en la calle Colonia, sino que recorra y discuta con los frenteamplistas desde la discrepancia, desde la razón pero con la convicción de que necesitamos de todos.

Porque en definitiva lo que está en juego también el 24 es el futuro de una fuerza política que sin duda le ha dado mucho al pueblo uruguayo y ha trabajado arduamente para mejorar las condiciones materiales del hoy pero que debe tener la mirada estratégica puesta en el horizonte que es lo que nos da sentido y nos permite seguir caminando...