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La columna de Esteban Valenti

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Esteban Valenti. Periodista y coordinador de la revista Bitácora.

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¿Ha muerto el peronismo?

24.Oct.2017

Los resultados electorales en Argentina para la renovación de la mitad de la cámara de diputados y 24 senadores son por todos conocidos. Ganó el macrismo, superando el 40% de los votos a nivel nacional, mejorando de forma notoria su presencia en el Congreso de la Nación y derrotando la principal amenaza política, el triunfo de Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires.


Macrismo (Cambiemos) obtuvo el 40.59% a nivel nacional; el Kichnerismo y aliados el 21.03%; el Partido Justicialista el 13.77%; la Izquierda el 6.70%; Massa y sus aliados el 5.75% y otros el 9.35% de los votos.
Además el oficialismo, una alianza de fuerzas diversas, macrismo, Elisa Carrió, radicales y otras alianzas provinciales triunfó en todos los grandes distritos electorales, provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Capital Federal. Redondo.

Esto se produce a dos años de asumir el gobierno Mauricio Macri que hasta ahora ha logrado un tímido inicio de una recuperación económica y de la producción, con un crecimiento previsto para este año del 1.5% del PBI, con reformas y ajustes de fuerte impacto social negativo, como la drástica reducción de los subsidios, y cambios impositivos no precisamente de corte popular. A eso debe agregarse los 78 días de desaparición de Santiago Maldonado en la provincia de Chubut. ¿Y entonces, como es que ganó?

En primer lugar el oficialismo, el gobierno nacional actual ganó porque supo polarizar al máximo la alternativa entre la vuelta, o el primer paso del retorno del kirchnerismo o la continuidad de este gobierno. La gran derrotada fue sin duda Cristina Kirchner, su presente y su futuro político.

De manera determinante pesaron la avalancha de procesos penales, de juicios, de episodios bochornosos de corrupción que envuelven a personeros del gobierno de Cristina Kirchner, a la propia ex presidenta y su familia. Ni siquiera en Argentina, ni con los años de corrupción rampante, la gente está dispuesta a pasar por alto tanto latrocinio. El agrupamiento de Macri y María Eugenia Vidal, Cambiemos, lograron capitalizar muy bien esta polarización.

No utilizaron el mismo mensaje que tanto resultado le dio al kirchnerismo, de blanco y negro y de fuerzas irreconciliables, fueron más abiertos, más propositivos y se diferenciaron también en el discurso y los métodos. Pero polarizaron al máximo y esa fue la clave de su triunfo y de la derrota de muchos otros protagonistas.
Además del kichnerismo, que perdió en casi toda la provincia de Buenos Aires excepto en el cinturón suburbano de la Capital Federal, donde también retrocedió, perdieron en Santa Cruz, su bastión original y otras provincias tradicionales del peronismo. También sufrieron duras derrotas, el socialismo y el progresismo aliados en Santa Fe, que obtuvieron un lejano tercer puesto con algo más del 15% de los votos, una debacle.

Sergio Massa, aliado a Margarita Stolbitzer, se precipitó más abajo que las propias elecciones internas (PASO) con el 11.03% en la provincia de Buenos Aires, su baluarte, siendo derrotado incluso en su roca fuerte de El Tigre y San Fernando. El Peronismo por su parte se presentó disperso.

Sin duda estos resultados influirán en el plan del gobierno y los ajustes que tiene planificados Macri a nivel nacional y Vidal a nivel de la provincia de Buenos Aires. Tanto a nivel económico, impositivo, educativo, institucional y político. Han sido además un escalón importante hacia las elecciones nacionales del 2019.
Obviamente en Uruguay serán utilizadas por la oposición al gobierno del Frente Amplio para reforzar el discurso de la necesidad de un cambio y la posibilidad del mismo, aunque los puntos de contacto entre ambas realidades políticas sean realmente pocos, excepto por los admiradores enmudecidos del kirchnerismo y la Cámpora.

La pregunta que muchos nos formulamos es si esto representa el fin de la era peronista, partiendo de la realidad de que en su enorme elasticidad: Perón, Cámpora, Perón, Isabelita-Lopez Rega; Saúl Menen, Nestor Kirchner, Cristina Kirchner (sin contar los 4 presidentes rotatorios del 2001) siempre fue el dominador absoluto de la vida política argentina en los últimos 70 años, con las interrupciones militares muy frecuentes.
No hay en el horizonte ninguna amenaza militar. Luego están las amenazas institucionales "sociales-deportivas", porque sobre la base de grandes protestas organizadas y barras bravas de algunos clubes, en Argentina se han volteado presidentes varios. Siempre radicales...Nunca un presidente radical terminó su mandato. No pueden ser culpa de los astros mal alineados...

El peronismo afronta su peor crisis, su mayor dispersión y es el resultado no tanto del mérito de sus adversarios, sino de la obra de sus gobiernos, en particular de la corrupción horrorosa del gobierno Kirchner, en particular de Cristina y su entorno. La corrupción puede en definitiva sepultar al peronismo.

Las conclusiones terminantes son siempre peligrosas, sobre todo en un país como la Argentina y si se habla del peronismo, pero si se puede afirmar que hay negros nubarrones de tormenta en su futuro, con grandes rayos del poder judicial sobre sus cabezas.

 



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