Este jueves , el Estado de Israel cumple 67 años de vida independiente. La fecha se celebra siempre de acuerdo al calendario hebreo, razón por la cual cada año sale en un día distinto del calendario gregoriano, aunque siempre se trata de un aniversario de la declaración de independencia, que fue el 14 de mayo de 1948.
Iom Haatzmaut, es el nombre de la fiesta, en hebreo.
Es uno de los días más alegres en la vida de Israel.
Pero simbólicamente, es precedido por el día más triste del año: Iom Hazikaron, que significa Día de Recuerdo, dedicado a la memoria de los caídos en las guerras y en el marco del cumplimiento de su deber, así como también de las víctimas de atentados terroristas.
Los rostros de los muertos , en su enorme mayoría muy jóvenes, llenan las páginas de los diarios y las pantallas de televisión...con las historias personales y los recuerdos ...una lista interminable de 23.320 nombres de soldados caídos en la defensa del país. Junto a ellos, la tragedia de los 2538 civiles muertos en atentados desde la finalización de la guerra de independencia (computándose la nómina a partir del 1 de enero de 1950), quizás con el agravante de que ni siquiera estaban en el frente, sino-en muchos casos- en ómnibus, restaurantes y cafés...cuando perdieron la vida.
Hay un elemento que merece ser destacado y que en un país aún en guerra, aún con fronteras que simbolizan peligro y amenaza, no es sobreentendido: en ninguno de los discursos de las autoridades en los actos recordatorios, ni en el mensaje del Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, ni en los programas especiales sobre los caídos, se transmite odio. Casi no se nombra siquiera, al enemigo responsable de las muertes. No se habla sobre los ejércitos árabes que atacaron a Israel en las guerras hasta 1973, ni las organizaciones terroristas que fueron responsables de las posteriores, tanto desde territorio libanés en el norte, como desde la Franja de Gaza en el sur, sino de los hijos que ya no están.
El "enemigo", no es aquí el tema...sino el recuerdo de los caídos. El mensaje es que "ojalá sean los últimos", que "otros no sigan sufriendo"... , todo con la esperanza de que hasta el próximo día de la independencia, se haya logrado la paz...la gran asignatura pendiente de Israel.
Este fue uno de los puntos más difíciles de una entrevista que realizamos esta semana a Marcelo Tregerman, argentino israelí, que perdió a uno de sus nietos, Daniel, de 4 años, en agosto último, cuando un cohete disparado por Hamas desde una escuela de la ONU en Gaza, impactó en su casa en el kibutz Najal Oz, sin que alcance a resguardarse, y lo mató al instante. Junto al dolor porque "Daniel siempre falta, no está"..y a la convicción de que "hay que seguir adelante porque hay por qué y para quién"-como nos dijo Marcelo, explicando que tiene 12 nietos, aunque en este número incluye al pequeño Daniel - el abuelo habla de lo difícil de estar seguro de que es sólo cuestión de tiempo hasta que haya otra guerra y vuelvan a llover los cohetes sobre Israel.
Con esta mezcla de tristeza y preocupación, se continúa apostando por la vida..y se celebra Iom Haatzmaut.
Reuniones familiares, de amigos, parques repletos de paseantes, cantantes que se presentan en distintas ciudades y pueblos para entretener a la población, las calles llenas de banderas ..una gran sensación de algo que une a gran parte de la población, a pesar de las nada sencillas divisiones internas y de lo sectorial que en muchos sentidos se ha convertido la sociedad israelí.
Pero el tema no es sólo salir a divertirse, sino destacar el esfuerzo, la dedicación, el aporte al país por parte de su gente.
Es por eso que tradicionalmente, como todos los años, en el Día de la Independencia, se llevará a cabo la entrega de los Premios Israel, el máximo galardón que otorga el Estado, a diferentes figuras destacadas en la actividad cultural, artística y científica. También tendrá lugar el ya veterano concurso sobre conocimientos bíblicos, en el que participan jóvenes de Israel y las comunidades judías del exterior. Y en la residencia del Presidente de Israel, son recibidos 120 soldados sobresalientes de las Fuerzas de Defensa de Israel, que se destacaron en su servicio.
Entrevistamos a uno de ellos días atrás, el Sargento Primero J. (no se puede revelar su identidad ni su rostro), nacido en Chile, que es combatiente en la Unidad de Rescate 669. Contó sobre operativos bajo fuego, sobre la importancia de rescatar heridos del campo de batalla y no dejarlos en el terreno, sobre el riesgo de que alguien trate de tirar abajo el helicóptero en el que los llevan al hospital..y sobre los rescates de civiles en circunstancias no bélicas, revelando que le tocó en repetidas oportunidades salvar a árabes, tanto ciudadanos israelíes como palestinos de los territorios. "La vida es la misma, de todos...no importa la identidad de quién tenemos que rescatar", nos dijo con total naturalidad.
Y no nos sorprendió...porque frente a la imagen casi demoníaca de Israel que a veces circula por el exterior-y no confundimos el intento de quitarle legitimidad al Estado , con el derecho a discrepar con tal o cual política del gobierno de turno- , la realidad que conocemos en el terreno, es otra.
Lejos está Israel de no cometer errores. Lejos está su sociedad de ser infalible o perfecta. Son numerosos los temas en los que hay mucho para corregir, en el espíritu de la declaratoria de independencia..Pero son muchos los ejemplos de sus virtudes. Como la integración que suponen las Fuerzas de Defensa de Israel, sin diferencias de capas socio-económicas ni status ninguno. Y la rapidez con la que salta Israel para ofrecer ayuda humanitaria y el envío de su unidad de rescate, cuando hay una catástrofe fuera de sus fronteras. Y mientras el Estado peca a veces en organización debida a sectores carenciados, llega la solidaridad de grupos voluntarios que tratan de suplir la falta. Y hasta una organización de civiles voluntarios, que arriesgando su vida, viajan a países enemigos para ayudar a civiles en situación de riesgo de muerte ...sin que se topen allí con pares de casi ningún otro país que haga algo similar.
Y ni que hablar de los hospitales en los que médicos judíos y árabes atienden al mismo nivel y con igual dedicación , a los pacientes judíos y árabes que allí se internan. Y los hemos visto, inclusive a pacientes de Gaza, hospitalizados junto a ciudadanos israelíes, corriendo todos juntos a refugiarse al sonar una alarma que indica que un cohete lanzado desde la Franja, está en camino a Israel.
Será por eso que hace unos años, el escritor argentino Marcos Aguinis, nos dijo claramente: "Israel es imperfecto...pero ejemplar".