Los futbolistas uruguayos volvieron a tomar protagonismo social este fin de semana, jugaron con un brazalete rosado con la inscripción #niunamenos. Pasaron de una reivindicación por democratizar la Mutual a involucrarse en la lucha contra la violencia a las mujeres.
Es que los tiempos cambian y los protagonistas también. Los jugadores de fútbol, esos pibes de poco más de 20 años que corren tras la pelota, hoy toman iniciativas que los ponen en la primera fila de una batalla por la independencia cultural y contra la discriminación y la violencia.
Es involucrarse en temas de la sociedad y actuar positivamente, amplificando un problema y convocando a un compromiso desde la posición privilegiada que les da ser centro de atención cada fin de semana.
También lo es su batalla contra la Mutual o contra los dirigentes de la Mutual, en definitiva es por el reconocimiento democrático de las mayorías y en contra del uso de las herramientas de un sindicato a favor de una empresa privada que monopoliza la cultura popular.
El levantamiento, la revolución o la revuelta de los jugadores, lo deberán categorizar los teóricos sociales, es un hecho que se inserta en las luchas de los jóvenes por cambios sociales, luchas que no hablan tanto de revolución como de derechos, de la mujer a decidir sobre su cuerpo, de los hombres y mujeres a decidir sobre su sexualidad, y que los transformó en protagonistas estelares, con sus pajaritos de colores, en el NO a la baja de la edad de la imputabilidad.
Derechos adquiridos que nos ponen en el mundo como un país avanzado y que en gran medida crecieron desde esos movimientos para llegar a convertirse en leyes.
Es muy bueno, es una muestra de que ésta generación busca su camino para expresar y exponer su rebeldía y se transforma en un gran desafío para quienes tienen en sus manos la toma de decisiones.
Tienen la responsabilidad histórica de no ignorarlos, atender sus reclamos, darles respuestas, abrirles puertas y principalmente, de combatir a quienes quieren frustrarlos, esperando que se cansen y se dejen de joder con su pancarta de #másunidosquenunca en cada partido.
Hoy, todos debemos atrevernos a sentir y demostrarles que reconocemos su pelea, que no solo es justa, es necesaria.