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Críticas, opiniones y caprichos de series de tv —sin spoilers-. Por Martín Otegui Piñeyrúa

Sobre el autor

Martín Otegui Piñeyrúa es un guionista, profesor y productor de televisión convencido de que el final de Lost fue perfecto.

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Minuto para ganar

07.Mar.2014

Se les llama “intro”, “presentación”, “cabecera”, “show open” o “opening credits”, aunque su nombre real es “title sequence” -secuencia de título-. Son esos 90 segundos sagrados en que, más por intuición que por información, definimos si vamos a ver una serie o no. ¿Repasamos las mejores?

Aunque en un comienzo su finalidad era solo informativa, con el paso del tiempo los openings se han convertido en piezas fundamentales del engranaje de la industria televisiva. Hoy en día los showrunners le prestan especial atención y dedicación a estas intros, porque saben que esos pocos segundos pueden atraer o alejar a un más de un televidente, sobre todo hoy que la oferta es inmensa. Tal es así, que algunos openings resultan mucho mejores que las propias series -Carnivale, Roma, True Blood-. De hecho, nunca hubiese visto un solo capítulo de American Horror Story si no fuese por el poder de atracción de su terroríficamente calculada presentación. Y hasta en los Emmy se las premia.

Pero, ¿qué tiene que tener una buena cabecera? Básicamente debe reflejar de la manera más fiel posible a la serie que le sucede. Contar de qué va la historia, cuál es el género, el tono, la estética, el ritmo, sus personajes, el universo en que se moverá todo y qué va a exigir de nosotros -The Walking dead: que nos diviertan los zombies-. 

¿Cuáles han sido las mejores? Acá las mías:

DEXTER

Dexter es una serie "de personaje" y su opening lo pinta a la perfección. Poco más importa -a lo largo de sus ocho temporadas- fuera de este técnico forense adicto a la sangre cuya moral lo lleva a convertirse en un asesino serial robinhoodesco. La secuencia muestra cómo es un día de Dexter desde que se levanta hasta que sale de su casa, y resulta ser muy parecida a la de cualquiera de nosotros: se asea, desayuna, se vista y marcha. Pero los primeros planos de la navaja rasurando su cuello, el tramontina que rebana una blood orange o el simple acto de atarse los cordones están tan brillantemente manipulados que hacen que se nos pongan los pelos de punta. Y así, el muchacho de barrio que se prepara para ir a trabajar, nos genera en ese minuto y medio, el pánico que nos va a generar durante el resto de la serie.

SIX FEET UNDER

En Six feet under los personajes importan en tanto que forman parte de una familia. Pero no de una familia cualquiera sino de una "familia disfuncional" -expresión con la que hemos aprendido a describir al 90% de los dramas estadounidenses- y que maneja una funeraria. Esta serie habla de la vida, la muerte y las sutiles diferencias entre una y otra, con una buena dosis de humor afrodescendiente. Estos títulos de apertura no pueden reflejar mejor el universo y el tono en el que se va a mover este seriún.
Y sí, ¡Michael C. Hall lo ha hecho de nuevo!

THE SIMPSONS

Si algún día alguien pregunta cómo se hacen los openings, hay que mostrarle el de los Simpsons y ya está. Personajes, universo, tono, ritmo... Y la sorpresa siempre presente en el pizarrón de Bart y el couch gag. De manual. Acá les dejo la que hicieron en homenaje a Breaking bad -para que no extrañemos tanto a Walter-.

TREME

Treme es el sueño de todo melómano. Me jugaría la ropa a que los discos con el soundtrack vendieron más copias que los capítulos en dvd. Treme es una serie bañada en jazz que relata los días de los habitantes de esa localidad de Nueva Orleans luego del paso del huracán Katrina, y su búsqueda extenuante por restablecer lo perdido -material y espiritual-. En este caso, la música de John Boutté se lleva el 99,9% del crédito del opening, como debe ser. Pero las imágenes reales que se utilizan, y que intercalan la alegría de los desfiles de carnaval con la angustia de los edificios ahogados, la complementan a la perfección. Y ni hablar de las paredes decoradas por la humedad sobre las que se proyectan los créditos.

GAME OF THRONES

Si los openings tienen un minuto y medio para convencernos de lo bueno que será lo que vendrá después, a GOT le sobra un minuto y 29 segundos. Desde el primer golpe de tambor, desde la primera imagen de los anillos de hierro forjándose, podemos hacernos la idea de qué trata. La música no puede ser más pegadiza -¿quién la compuso, el Fata Delgado?-. Me he encontrado silbándola o tarareándola en las situaciones menos esperadas. Hay quien la tiene de tono en el celular y hasta un loquito la tocó con campanadas de iglesia...

En cuanto a lo visual, por más de que cada vez que la veo no puedo dejar de pensar en el Warcraft, la animación es espectacular. Y también informa, porque muestra el mapa con los muchos reinos que luego confundiremos por los siglos de los siglos.

TRUE DETECTIVE

De todos los opening que hemos repasado en este post, el de True Detective no solo reúne los puntos positivos de sus antecesores sino que es el único que tiene un valor artístico en sí mismo. Estos créditos de apertura son, por decirlo de una manera clara, una maravilla. No sé qué es mejor, si el hallazgo de la música -Far from any road, de The Handsome Family, un matrimonio de folks pirados de la cabeza y con un Grammy en su haber-o la extraordinaria edición de las imágenes superpuestas -muchas de ellas creadas a computadora-. A medio camino entre videoclip y cortometraje, este opening es una verdadera joya. Como lo es la serie, pero de eso hablaremos el viernes que viene, cuando HBO ya nos haya cacheteado la cara con el capítulo final -este domingo a las 23 en simultáneo para todo el mundo, menos para Obama que lo tiene en un dvd hace como un mes-.

 

 



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